La defensa del conductor del autobús que en 2018 sufrió un accidente con 5 muertos en Avilés dice que es “una víctima más”

El conductor del autobús de Alsa acusado del grave accidente de tráfico registrado en Avilés en septiembre de 2018 que se saldó con cinco pasajeros muertos y 14 heridos es “una víctima más” del siniestro, según ha afirmado este lunes su abogado, Alberto Rendueles.

“Solo vamos a decir que es inocente y que es una víctima más del accidente”, ha dicho el letrado en declaraciones a los periodistas antes del inicio de la vista oral que esta semana se celebrará en el Juzgado de lo Penal número 2 de Avilés.

Las posibles causas

El conductor, que inicialmente iba a declarar este lunes al inicio del juicio, finalmente lo hará en último lugar a petición de su abogado.

A consecuencia del accidente, Omar López sufrió la amputación de una pierna. La Fiscalía mantiene que el día del accidente sufrió una crisis epiléptica y que la empresa desconocía su enfermedad. A este hecho suma el exceso de velocidad con el que asegura que conducía en el momento del siniestro.

Cárcel e inhabilitación

De cara al juicio, que se prolongará hasta el jueves, la Fiscalía pide una pena de cuatro años de prisión, seis de retirada del carné de conducir y otros seis de inhabilitación para ejercer la profesión de conductor, así como el pago de indemnizaciones por más de 674.000 euros.

El Ministerio Fiscal sostiene que el acusado conducía el autobús a pesar de saber que no podía hacerlo a causa de la epilepsia que padecía y la medicación que tomaba, circunstancia que él conocía pero que ignoraba la empresa.

El accidente

El accidente tuvo lugar sobre las 13:40 horas del 3 de septiembre de 2018, cuando el acusado conducía el autobús por el único carril que estaba habilitado en la carretera AS-392, ya que la vía estaba en obras, y tenía el carril izquierdo cerrado al tráfico y delimitado con barreras laterales.

La calzada tenía limitada la velocidad a 90 kilómetros por hora, pero debido a las obras, que estaban perfectamente señalizadas, estaba fijada en aquel momento en 70 kilómetros por hora, relata la Fiscalía en su escrito de acusación provisional.

Al llegar a un tramo curvo con la calzada seca y con perfecta visibilidad, el chófer invadió el carril cortado para la circulación, tras arrastrar las barreras laterales indicativas de las obras, y circuló durante 520 metros sin desviarse hasta colisionar contra una pilastra de apoyo al paso elevado que se encontraba en construcción sobre la carretera.

Exceso de velocidad y crisis epiléptica

La investigación constató que el autocar superaba la velocidad máxima al circular a 95 kilómetros por hora.

Un total de 19 pasajeros viajaban en el autocar, de los que tres hombres de 78, 75 y 59 años y dos mujeres de 55 y 52 años murieron en el acto y otros 14 resultaron heridos.

Tras el accidente, el acusado manifestó que había padecido una pérdida de consciencia y agarrotamiento muscular producto de una crisis epiléptica que le había impedido controlar el autobús y evitar la colisión, una circunstancia que no había comunicado a la empresa.

La Fiscalía imputa al acusado cinco delitos de homicidio por imprudencia grave y doce delitos de lesiones por imprudencia grave.