La astenia no es solo para la Primavera
Cansancio, apatía, mal humor, falta de sueño… Si sientes alguno de estos síntomas, puede que sufras la llamada “astenia otoñal”. Sí, no solo existe la “primaveral”. La disminución de las horas de sol, el descenso de las temperaturas y la vuelta a la rutina diaria, marcada por el estrés, hacen que el Otoño sea para algunas personas un momento complicado.
Otros síntomas habituales del síndrome son la dificultad para disfrutar al realizar cualquier actividad supuestamente placentera, la falta de concentración e incluso la ausencia de deseo sexual. Según Alberto López, presidente de la Sociedad Madrileña de Medicina de Familia y Comunitaria (Somamfyc), “la astenia es un síndrome que aglutina muchas cosas, y que los especialistas utilizan para descartar dolencias o enfermedades más serias, causadas, por ejemplo, por una enfermedad neurológica, endocrina o un proceso tumoral”.
Aunque no existen datos oficiales, la psicóloga Luján Vig, asegura que “en los países más alejados de la línea ecuatorial la posibilidad de la aparición de este transtorno afectivo estacional es más elevada. Aproximadamente un 25% de la población de la zona norte de Estados Unidos puede padecerlo”.
Cómo superarlo
Alberto López advierte de que lo primero que hay que hacer ante estos síntomas es descartar que se trate de una dolencia más seria. “Una señal de que se trata de astenia otoñal es que a lo largo del día mejore el humor y el estado emocional”. Además, estos son otros consejos que pueden ayudar a superar un otoño de melancolía:
- Incluye en la dieta alimentos estimulantes y antidepresivos. La Universidad de Alicante señala, entre otros, el pavo, la leche, el pollo, el queso, la soja, el chocolate… Todos ellos son alimentos ricos en triptófano, una sustancia que afecta directamente a la producción de serotonina y, en consecuencia, al estado anímico.
- Hidrátate bien.
- Come cinco o, incluso, seis veces al día. En las comidas los médicos recomiendan incluir una importante cantidad de hidratos de carbono, como el arroz o la pasta (que pueden ser de baja ingesta calórica).
- Haz deporte a diario.
- Elige una actividad que resulte placentera y dedícale un momento al día.
