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Más de treinta migrantes pasan dos días dentro de un calabozo con capacidad para la mitad en la comisaría de Fuerteventura

Imagen de archivo de un grupo de personas llegadas en patera a Fuerteventura.

Natalia G. Vargas

Las Palmas de Gran Canaria —

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32 migrantes ingresaron este miércoles en los calabozos de la Comisaría de Puerto del Rosario para su filiación como mayores de edad. Un espacio que, según fuentes policiales, tiene capacidad para 15 personas. Fuentes de la Delegación del Gobierno en Canarias han explicado a este periódico que todos pasarán a un recurso de acogida este viernes, cuando concluya el registro. El grupo ha sido desplazado desde distintos centros de menores después de que las pruebas de determinación de edad concluyeran que eran adultos.

La directora general de Protección a la Infancia y la Familia del Gobierno de Canarias, Iratxe Serrano, señala que este es el procedimiento habitual e insiste en que no están detenidos, sino agrupados hasta que se resuelva administrativamente su condición de personas adultas: “Los chicos que estaban en dispositivos de atención a menores migrantes no acompañados, al no ser menores por decreto de mayoría de edad tras pruebas de determinación de edad, pasan a ser competencia del Estado, que tiene que reubicar a estas personas en recursos adecuados para que puedan llevar a cabo su proyecto migratorio”.

El pasado 20 de mayo, la Confederación Española de Policía solicitó que las personas que llegan a Canarias en patera no pasaran 72 horas en calabozos, ya que “no reúnen las condiciones de habitabilidad para este tipo de detenidos administrativos”. En esta petición que trasladaron a la Delegación del Gobierno, el sindicato exponía la falta de medios para poder aislar a personas en caso de enfermedad en las Comisarías, suponiendo “un riesgo para la salud” tanto de las personas retenidas como de los funcionarios y sus familiares, acentuado durante la crisis sanitaria provocada por la COVID-19.

Como respuesta, en Fuerteventura, Lanzarote y Gran Canaria se habilitaron naves en las que las primeras 72 horas desde su llegada los migrantes están bajo custodia policial. Después, o pasan a recursos de acogida o, en el caso de Arrecife, se acondiciona ese mismo espacio que pasa a ser asistido por una ONG.

En Fuerteventura, el 27 de mayo se activaron dos terreros de lucha canaria, el de Puerto del Rosario y el de Tetir, para alojar a 55 personas que llegaron en patera a Gran Tarajal, nacionales de Islas Comoras, Senegal, Gambia y Guinea Conakry. Allí permanecieron hasta que la nave quedara desocupada. Tal y como ha explicado la asociación Entre Mares, ambos ya están desocupados y los migrantes han sido realojados en recursos.

Este 3 de junio, las 58 personas que llegaron también a Gran Tarajal, tal y como ha informado Efe, fueron alojadas en el recinto portuario donde pasarán los 14 días de cuarentena obligatoria que fija el Ministerio de Sanidad para quienes llegan desde países extranjeros. La Policía Nacional amplió la vigilancia dos días más de las 72 horas que establece la ley por la “zona estratégica donde habían sido alojados”, un puerto que recibe a diario barcos y navieras, explica Efe.

15 mujeres y un hombre y su hijo han sido acogidos por Cruz Roja. El resto, ha pasado a ser atendido por Misión Cristiana Moderna en una nave propiedad del Cabildo. Según el pastor Ángel Manuel Hernández, en declaraciones recogidas por Efe, el Ejecutivo central está actuando con “megaimprovisación” y ha dejado en una situación de “absoluto abandono” a los 280 inmigrantes que han llegado en seis pateras diferentes desde que se decretó el estado de alarma a Fuerteventura.

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