San Bartolomé de Tirajana aprueba la creación de una comisión de comunicación sobre el centro de acogida de migrantes de Tunte
El pleno del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria) para la gestión de los migrantes alojados en el Aula de la Naturaleza de Tunte ha aprobado por unanimidad crear una comisión como canal de comunicación entre administraciones. La decisión llega después de que el consistorio criticara a la Delegación del Gobierno por falta de comunicación y cooperación cuando un grupo de vecinos del pueblo levantaron barricadas para frenar la guagua que transportaba a un grupo de migrantes.
El objetivo es que en esa comisión estén representadas Delegación del Gobierno, Gobierno de Canarias, Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana y los vecinos del casco de la Villa para que, a través de ella, se informe sobre las personas que son trasladadas hacia y desde la antigua Escuela Hogar Virgen del Pino, hoy Aula de la Naturaleza.
También se ha aprobado por todos los miembros del pleno exigir al delegado del Gobierno que ofrezca una aclaración sobre el traslado de migrantes a principios de mes que desataron la polémica.
Del mismo modo, han acordado exigir al diputado Pedro Quevedo (NC) que se retracte y pida perdón del tuit del pasado 6 de agosto en el que decía: “La aporofobia, la xenofobia y la paranoia que hemos visto en Tunte no representa a la ciudadanía de esta tierra”, pues los vecinos consideran que se pone un estigma sobre el pueblo.
Del mismo modo, también se ha exigido responsabilidad a las personas que con sus declaraciones y opiniones han pretendido “descalificar al pueblo” al que consideran se les debe una disculpa.
Este pleno monográfico ha puesto de relieve el incremento de la llegada de pateras a Canarias, la acción coordinada de las mafias, el riego para la salud pública y la necesidad de que los migrantes sean sometidos a cuarentena y el control de los edificios de alojamiento por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de Estado.
En esa línea, la alcaldesa Concepción Narváez, ha apelado a la búsqueda de un “equilibrio justo” entre las garantías de los migrantes y las garantías de seguridad y salud que han de tener los vecinos de San Bartolomé de Tirajana.
Narváez ha recalcado que San Bartolomé de Tirajana “nunca ha sido un municipio racista”, sino “tolerante e integrador” y en el que conviven personas de 117 nacionalidades“.
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