El Tenerife pone más que el Levante en un empate frustrante

Andrés Fernández salva en la línea de gol un remate de Enric Gallego

José Miguel Galarza

Santa Cruz de Tenerife —

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El Tenerife reconsideró su plan de trabajo ante el Levante tras una primera parte insípida y le salieron a la vuelta treinta minutos en los que acumuló remates con valor de gol que no fueron. Así, dos a los palos de Corredera y Roberto López y otro de Enric Gallego que salvó en la línea Andrés con una mano de artista. Más allá de llorar por lo injusto de la leche derramada, cabe una conclusión más rentable sobre el equipo de Garitano: cuando se va a buscar los partidos desde la presión en campo del rival se recuerda que no fue líder en verano por casualidad.

La eficacia de aquel Tenerife del primer cuarto del campeonato es imposible de mantener, pero como entre lesiones y visiones medrosas corría el riesgo de acomodarse en la fatalidad, lo de este sábado en Valencia puede que le venga bien para atacar los encuentros como el equipo valiente que fue. Sin cambiar de dibujo, solo –un solo enorme este– con tirar la línea alejada de Soriano y con los cinco que juegan por delante de Aitor Sanz desatados para robar y armar algo con sentido en pocos metros.

Con esa fórmula, tras el entreacto, sometió el Tenerife al cuadro de Javier Calleja hasta el punto de recibir las tres cachetadas citadas y una adicional de su parroquia, entre cabreada con los suyos y sorprendida por el desempeño de los visitantes, más parecido al que exhibió en el último derbi copero, justo lo que ahormó en la pretemporada para apuntarse siete victorias en las diez citas iniciales.

Porque antes del descanso, se empeñó el Tenerife en discutirle la posesión al Levante sin que le durara tres pases antes de volver a quedarse sin pelota. Desaparecido el medio juego durante tres cuartos de hora, el Levante quiso vivir de lo que es capaz de generar cuando juega a la corta cerca del área y el Tenerife tardó casi un tercio de partido en encontrar algo potable insistiendo por la banda de Álvaro Jiménez. Andando el 25, pisó el área el cordobés –en progresión sus prestaciones, mejor en la batalla que en las conducciones– y metió un pase envenenado a bocajarro que encontró la respuesta de Oriol Rey cortando a córner.

Eso de Álvaro no escondió un rendimiento de su equipo de más a menos, justo cuando se descontroló groseramente en sendas contras del Levante tras saques de esquina en el área local. La primera (m.27) la remedió Soriano arreglando el remate en llegada sin maca de Bouldini. La otra (m.39) dejó al portero todavía más vendido, pero Pablo Martínez –hoy en su versión oscura– falló en el pase definitivo lo que solo lucía como un 1-0.

Al Tenerife le salvaron del cataclismo entre Soriano y Pablo Martínez para concluir que iba mal encaminándose con su descontrol hacia la undécima derrota del curso. Lo que convino en el vestuario debió ser lo mismo que recordó en un corrillo sobre el césped Aitor Sanz antes de atacar el giro de guion. Un paso adelante de ánimo y cuarenta para morder en la salida del Levante casi a los pies de Andrés.

Amaneció así el Tenerife obrado en la pretemporada que tanto lució a continuación. Con Gallego mordiendo a los centrales, los extremos negando los pasillos por los flancos y Corredera y Roberto López en una misma línea para completar la presión por las calles centrales. Detrás, Aitor Sanz guardando espaldas, Sipcic solvente y José León a su modo, caminando con el balón para generar superioridades.

Entre tanto, a Rey no se le vio durante un rato interminable para los granotas y el equipo de Garitano recogió frutos en forma de remates, puede que sobreexcitado por unas manos de Capa en el área en una pugna con Rahmani (m.48) que ni el árbitro ni el Var entendieron punible.

Resignado el Levante a vivir en su campo, el Tenerife rentabilizó el balón parado y las segundas jugadas como fuente de remates, tanto daba. De lo uno, una volea que enganchó Corredera (m.56) con la pierna mala para estrellarla en el larguero. Cuatro después, un rebumbio de rechaces y toques cortos en el balcón del área acabó con un tiro de Roberto López al poste.

Mas que intentó Calleja dar aire con la entrada de Lozano y Andrés García, la bala definitiva fue cosa, de nuevo, del Tenerife, ahora un remate de Gallego en el área chica ganando a Vezo la pugna (m.75). Directo al 0-1, solo una respuesta gatuna de Andrés, una mano sobre la línea de gol, lo evitó.

Y punto final. Con más pólvora en el campo el Levante (Romero y, al límite, Brugué y Rober Ibáñez), sufrió una expulsión rigurosa José Léon que cambió el plan de Garitano. Tardó en poner remedio a la pérdida del central, como antes el cambio de Medrano, lastimado del hombro antes del descanso. Y tardó tanto en meter a Luismi Cruz para intentar la definitiva –siempre el vértigo bien guardado –que relevó a Álvaro casi con la prórroga consumida.

(0) UD LEVANTE: Andrés; Capa, Vezo, Álex Muñoz, Valle (Rober Ibáñez, m.85); Rey; Algobia (Lozano, m.62), Pablo Martínez (Andrés García, m.62), Carlos Álvarez (Iván Romero, m.75); Dani Gómez (Brugué, m.87) y Bouldini.

(0) CD TENERIFE: Soriano; Mellot, José León, Sipcic, Medrano (Nacho, m.71); Aitor Sanz, Álex Corredera (Bodiger, m.71); Álvaro Jiménez (Luismi Cruz, m.90+4), Roberto López (Teto, m.85), Rahmani (Loïc, m.85); y Enric Gallego.

ÁRBITRO: José Antonio López Toca (Comité Cántabro). Expulsó a José León por doble amarilla (m.51 y m.80). Amonestó a Algobia (m.49) y al visitante Nacho (m.90+2).

INCIDENCIAS: Partido de la vigésimo cuarta jornada de LaLiga Hypermotion (Segunda División) disputado en el estadio Ciutat de València, ante 14.427 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de los aficionados del Sevilla fallecidos esta semana en un accidente de tráfico cuando viajaban a Madrid a presenciar el partido ante el Atlético de Copa del Rey.

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