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Mango, papaya y aguacate para reducir la dependencia del plátano en Gran Canaria

Aguacates en el barranco de Arguineguín, Gran Canaria.

Iván Alejandro Hernández

Las Palmas de Gran Canaria —

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Una propuesta “estratégica, necesaria y posible”. Con estas palabras, el vicepresidente del Gobierno de Canarias, Román Rodríguez, respaldaba en junio de 2021 el proyecto que lleva fraguando durante cinco años la Cooperativa Agrícola del Norte de Gran Canaria. Su idea es implantar 100 hectáreas de cultivos de mango, papaya y aguacate, muy demandados en península y otros países de la UE, con el objetivo de diversificar la agricultura en la isla, reduciendo la dependencia del plátano y atrayendo empleo al sector primario. Casi un año después, el presidente Ángel Víctor Torres visitaba las instalaciones de la cooperativa, en Arucas, mostrando también su apoyo. Para hacerlo realidad, tan solo necesita que la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca se encargue de publicar la orden para adjudicar los fondos necesarios, ya que deben ser compatibles con las ayudas que otorga la UE para proyectos singulares. Pero el tiempo corre y el área que dirige Alicia Vanoostende poco ha hecho en este sentido.

Preguntada por esta redacción, la Consejería aseguró que el 2 de noviembre celebraría una reunión con la Cooperativa para “seguir avanzando en la redacción de ese proyecto”, pero la canceló y retrasa su posibilidad de ejecución. Ante la insistencia por conocer los motivos o su interés en la iniciativa, el silencio es la respuesta. La cooperativa alberga esperanzas de que se pueda publicar la orden antes de las elecciones de mayo de 2023, ya que si se llega a esa fecha sin que el Gobierno cumpla lo que prometió, habría que volver a empezar las negociaciones con el nuevo equipo que se forme.

Durante su visita a las instalaciones de la cooperativa, el vicepresidente del Gobierno regional explicó que las ayudas se entregarían a fondo perdido, puesto que la idea es impulsar que los agricultores puedan plantar cultivos subtropicales, que tardan entre 3 o 5 años en dar sus frutos y, por ende, a generar ingresos. Y la Consejería de Hacienda, Presupuestos y Asuntos Europeos se comprometió a otorgar los fondos, que según ha calculado la cooperativa ascenderían a unos 15,5 millones de euros durante un periodo de 5 años, que traspasaría a Agricultura, para que este área concediera la subvención.

De todo lo demás, se encargaría la cooperativa, que cuenta con 100 años de experiencia en el subsector platanero y que este año fue galardonada con la Medalla de Oro de Canarias. Además, desde 2003 comercializan frutas y hortalizas y se constituyó en 2012 como Organización de Productores de Frutas y Hortalizas, incorporando otros productos como papayos, mangos, aguacates y cítricos a su comercialización en el mercado local, pero también en la península y en países como Suiza y Alemania. Actualmente, está formada por un centenar de trabajadores y más de 300 agricultores, según su página web, con unas 325 hectáreas repartidas por la Isla. La propia consejera Vanoostende alabó la trayectoria de la cooperativa “como un ejemplo de éxito del cooperativismo en el sector primario” cuando en enero de este año cumplió un siglo de existencia.

El presidente de la cooperativa Agrícola del Norte, Ricardo Díaz, explica que el proyecto presentado al Gobierno regional nació de las demandas de sus clientes. “Nos decían por qué no les damos más cantidad de mangos o aguacates”, señala. Un equipo técnico comenzó en 2017 a estudiar cómo producir más y Díaz pone en valor todo el trabajo realizado durante este tiempo para tratar de conseguirlo. 

“Todo está estructurado y estudiado. Es un proyecto que tiene el trabajo de una cooperativa con 100 años de historia, con un equipo técnico detrás, con el aula de formación”, detalla Díaz. La propuesta incluye innovación social, es decir, la cooperativa ofrece también formación de personal que se quiera incorporar con vistas sobre todo a desempleados, con el objetivo de cumplir requisitos de los proyectos singulares que financia la Unión Europea. “Hemos hecho una iniciativa para 100 hectáreas y pedimos la ayuda porque los cultivos tardan 4 o 5 años en producir, y necesitamos fondos para que se incorpore personal, no los grandes, sino agricultores individuales”, ahonda Díaz. 

César Molina, jefe del departamento técnico de la cooperativa, lleva con el proyecto desde sus inicios. “Han sido cinco años trabajando con nuestros recursos, con nuestros medios, estudiando variedades y los mercados, la selección del terreno en base a las características de los cultivos, las necesidades de los agricultores… Tenemos elaborados todos los costes, desde el agua, los consumos de luz, la mano de obra, la maquinaria hasta el empaquetado o el transporte” detalla. 

En concreto, la cooperativa ha comprobado que la Aldea de San Nicolás es el municipio más propicio y donde se prevén implantar más hectáreas para subtropicales, lo que contribuiría además a empujar la reconversión del cultivo del tomate, actualmente en decadencia. Pero también se han seleccionado hectáreas en Arucas, Santa María de Guía, Telde, San Bartolomé de Tirajana y Mogán. “Necesitamos apostar por el sector primario y que no todo sea plátano o tomate”, reivindica Molina, al tiempo que señala la importancia de recuperar terrenos en estado de abandono.

En este sentido, explica que sin contar los cultivos que se destinan a la exportación, el sector primario “está muy fragmentado” y con los subtropicales existe un nicho de mercado “interesante” que tiene posibilidades de prosperar. “Si conseguimos implantar este proyecto, podremos unificar criterios, zonas de cultivos, previsiones y producciones. Y permitirá exportar con calidad para que se convierta en un sector potente como lo fue el tomate y como es el plátano, aportando un nuevo cultivo con el mismo peso específico: poder entrar en el mercado europeo”, defiende Molina.

La gerente de la cooperativa Agrícola del Norte de Gran Canaria, Alicia González, explica que la idea es generar 105 empleos directos y producir unos 20.000 kilos por hectáreas de papaya, mango o aguacate, lo que daría un total de 20.000 toneladas en las 100 hectáreas previstas. Por establecer un marco comparativo, aún en la situación actual, se exportan desde las Islas 40.000 toneladas anuales de tomate (muy lejos de las más de 300.000 a principios del siglo XXI), y de plátano, el producto estrella, se envían a la península entre 350.000 y 430.000 toneladas al año.

Pero para llegar a esa cifra se necesitarán años de trabajo. Y todo empezaría por reconvertir terrenos de otros cultivos o poner en marcha fincas abandonadas, trabajo que la cooperativa ya ha iniciado junto al banco de tierras del Cabildo de Gran Canaria, institución que también ha mostrado su predisposición a contribuir económicamente. “Los subtropicales son cultivos de ciclo largo, es decir, hasta el cuarto o quinto año de plantar no se empieza a recoger absolutamente nada. El agricultor que quiera tener una hectárea de cualquiera de mango o papaya tiene que hacer una inversión inicial (plantar, preparar terreno, colocar riego, mantener el cultivo) hasta empezar a obtener algún ingreso”, abunda González.

Y esta es la principal barrera para desarrollar los cultivos. Por ello, se hace necesario contar con ayudas públicas, que cubran parte de los gastos iniciales de los agricultores para permitir que se puedan incorporar, sobre todo, jóvenes. “Por ejemplo, para una hectárea de mango en un terreno arrendado, la inversión supone 55.900 euros el primer año. En cinco años, cuesta 122.000 euros hasta empezar a producir. ¿Quién puede hacer esa inversión? La idea es que los fondos públicos cubran un 40% a cada agricultor”, señala González.

La cooperativa se encargaría de coordinar y centralizar toda la producción, con un departamento técnico que ofrecería la formación teórica y práctica a los agricultores, un asesoramiento constante, la preparación del suelo o indicar el momento más adecuado para plantar. Porque la idea es fijar la producción en función de los huecos del mercado, es decir, intentar que, gracias a las condiciones climáticas de las Islas, sea lo más temprana posible para adelantarse a la campaña andaluza. La cooperativa ya ha ideado el etiquetado y los conceptos de marketing y publicidad para cuando se pueda exportar y también se haría cargo del transporte, el empaquetado y la comercialización.

El presidente de la cooperativa aclara que la ayuda que demandan “no es para la cooperativa”, es “para los agricultores”, para que puedan desarrollar los cultivos sin tener que encargarse de todos los trámites que conlleva su inicio o su venta. “¿Por qué nosotros y no otros?”, pregunta Díaz: “Porque lo hemos trabajado, lo hemos presentado y ya tenemos una estructura sólida”. Además, González insiste que el proyectó está abierto a la participación de personas externas a la cooperativa y se busca la unión del sector. “Es un proyecto piloto que puede generar empleo y riqueza a largo plazo. Por ahora son tres productos, pero puede variar en función del mercado y la demanda porque es un proyecto vivo. Y si sale bien en Gran Canaria, se puede extrapolar a otras islas”, añade Gonzalez.

“Hemos visto que en los cultivos subtropicales hay futuro para la agricultura. Se puede comercializar con un buen producto y hay posibilidades de tener resultados interesantes. Y en Gran Canaria tenemos todas las cartas para hacerlo y hacerlo bien; además, tenemos tasas de paro enormes en municipios donde el clima es bueno para estos productos y creemos que es una oportunidad para un desarrollo distinto”, concluye González.

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