La dictadura en diferido de Rajoy

Me da la impresión que España sufre una dictadura en diferido, la de Mariano Rajoy, que ha estado aprovechando que la Constitución monárquica franquista/borbónica dejó un vacio entre la composición de un nuevo Congreso de los Diputados y la primera sesión de investidura sin plazo definido, para postergar con la ayuda de Ana Pastor la sesión de investidura hasta el 30 de agosto, y mientras las siestas en La Moncloa las ha cambiado por las de Ribadumia, en la isla de Arosa, después de caminar por la mañana con su amigo José Benito Suárez, presidente de la Autoridad Portuaria de Marín-Pontevedra, marido de la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, que es amiga desde chiquitita del tal Rajoy, un perfecto mentiroso y manipulador que ahora ha puesto la investidura a final de agosto con el objetivo que si hay terceras elecciones sean el 25 de diciembre en plena Navidad y de esta forma meter más presión a Pedro Sánchez, y poniendo en una difícil situación a Felipe Borbón en su discurso del 24 de diciembre, en plena jornada de reflexión.

Rajoy tiene secuestrada a España con la ayuda de Ana Pastor, y sigue tomándole el pelo a Albert Rivera diciéndole lo de siempre, si pero no, ya veremos, no sé, quizá, en fin, la siguiente pregunta, y no hay más preguntas, y vamos a ver qué plan de gobierno le presenta en estos días de negociaciones a Albert Rivera. Mientras, la democracia y las instituciones están cautivas por el Partido Popular, y el tal antiguo partido ha sido declarado presuntamente Asociación Criminal para Delinquir por los jueces de los sumarios Gürtel, Púnica y Taula, y si el juez Eloy Velasco ya le metió un misil jurídico al PP a cuenta de Púnica, el magistrado José de la Mata terminó por rematarlos en el sumario de los papeles de Bárcenas, y el juez valenciano Víctor Gómez me dicen desde la ciudad del Turia que con la operación Taula en la que está inmersa Rita Barberá y el expresidente Francisco Camps, su señoría no ha hecho más que empezar con el sumario de la “mesa” valenciana, y con este panorama es imposible, y además poco ético y estético, que el PSOE permita con su abstención gobernar otros cuatro años a este presunto delincuente.

Ya saben mis amables lectores que en el Derecho Penal español existe la figura “asociación criminal para delinquir, y para ello ha de reunir una serie de características: ha de tratarse de más de una figura ilícita, no pudiendo encuadrarse en ella un único delito aislado, y ha de tener el fin de cometer varios delitos, y la agrupación delictiva ha de estar dirigida a cometer conductas típicas, antijurídicas y culpables, y en la fase probatoria del delito ha de constatarse la existencia de la presunta Agrupación Criminal Delictiva, los delitos objeto de la Agrupación y la participación activa o pasiva de los imputados en los delitos. Y en todos estos aspectos el Partido Popular está presuntamente metido hasta el cuello. Lo de presuntamente ya saben de qué va el asunto/trasunto, para no verme obligado a ganarle otro juicio a Rajoy como ya lo hice con Jaime Mayor Oreja, otro presunto.

Pero son tantos los delitos acumulados entre Gürtel, Púnica, Taula, y algunas cosillas más, como las tropelías confesas de Jaume Matas en Baleares, y cuestiones atípicas en Galicia, Murcia, Alicante, etc, etc, que la quisicosa no hay por donde cogerla. El expresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, presuntamente blanqueando dinero mediante la compra de inmuebles de lujo a través de una empresa fantasma ubicada en un paraíso fiscal, la trama Gürtel con el saqueo de dinero público en Madrid y Valencia, el espionaje utilizando a funcionarios públicos a figuras políticas, la red mafiosa Over Marketing, con sus tentáculos extendidos por Valencia, Madrid, Móstoles, etc, etc, el saqueo de Bankia, y todavía Rodrigo Rato y Miguel Blesa están riéndose de todos los ciudadanos españoles, el caso Soria, cogido con las manos en la masa de Panamá, y el caso Bárcenas, con presuntamente millones de euros robados, incluso con reparto de sobresueldos a casi todos los dirigente del Partido Popular y del Gobierno, hacen que la corrupción haya sido generalizada, universalizada.

La situación política en España es de una gravedad extrema, y la dictadura en diferido de Rajoy supera con creces el pago de dinero en diferido a Luis Bárcenas que se inventó María Dolores de Cospedal para que no hablara más de la cuenta. Ahora señalar la primera sesión de investidura tan tarde me parece el colmo de los cinismos. El llamado “reloj de la democracia” se pone en marcha el 30 de agosto, a esa fecha se sumarían sesenta días como tope para investir presidente, y a su término sino lo hubiera o hubiese, 54 días después serían convocados los nuevos comicios. Resultado, las posibles terceras elecciones el día de Navidad, en plenos turrones y tal. La penúltima mentira de Rajoy fue decir que no había dicho que le iba a plantear a su Ejecutiva Nacional las seis condiciones que le puso Ciudadanos para empezar a negociar, cuando una semana antes lo dijo ante las cámaras de televisión, y sigue todavía tomándole el pelo a Falangito Rivera. Salimos de una dictadura en directo, la franquista, y entramos en otra en diferido, la del PP. Estoy, como ven, “rajoyizando” el artículo, ¿me entienden?. Pues yo tampoco.