Espacio de opinión de Canarias Ahora
Españolismo patriotero
El españolismo patriotero de testosterona que nos quiere inocular la nueva derecha parece que puede ser incompatible con ser buen canario. Tanto los nuevos dirigentes del PP como los de Vox parecen coincidir en la definición ancestral y arcaica de España que da por hecho que a todos los españoles nos tiene que gustar las corridas de toros, la caza, los belenes y las banderas.
Los discursos en los mítines de las pasadas elecciones andaluzas de PP y Vox competían a ver quién era más taurino y cinegético, a ver quién hacía el belén más bonito y a ver quien blandía la bandera rojigualda más grande. Reducir el españolismo a estos tópicos un tanto casposos resulta agobiante y da mucha pereza iniciar siquiera un debate tan estéril.
Cuando Santiago Abascal hizo una defensa a ultranza de la tauromaquia y la caza, contestando así a la ministra Ribera, Pablo Casado lo superó en su discurso para que no se le escapara ningún votante más por la derecha. Parece que los que se escapan por su izquierda se los deja a Ciudadanos.
El secretario general del PP, Teodoro García Egea, se siente, como Rajoy, muy español y mucho español, aunque siempre responde que es de Murcia cuando un periodista le hace alguna pregunta incómoda. Es un español capitidisminuido que se convierte en murciano cuando pintan bastos.
El otro día, precisamente en Murcia donde al parecer se siente fuerte, el número dos del PP gritó hasta la saciedad que a él le gustan las corridas de toros, la caza mayor, la bandera y el belén porque es español, muy español y mucho español. Es de esos españoles a los que les encanta envolverse en la bandera rojigualda y cantar a todos los vientos: yo soy español, español, español, olvidándose de que la letra es muy machista, además de repetitiva, porque en España también hay españolas, además de españoles.
El ingeniero de telecomunicaciones es también campeón de España de lanzamiento de pipa de aceituna con la boca, algo tan ridículamente hispano que no podría darse en otro lugar que en España. Hay españoles que excluyen a los compatriotas que no piensan como ellos ni tienen sus mismas costumbres.
Canarias fue la primera comunidad autónoma española que suprimió las corridas de toros porque era un espectáculo sangriento y cruel que no nos gustaba. Quizá para Teodoro los canarios somos menos españoles que los murcianos, como él, por este motivo. Si eso fuera así, me alegro muy mucho de ser poco español. A mí me gustan los toros, esos animales preciosos y elegantes como los caballos. Lo que no me gustan son las corridas.
Y aunque las aceitunas sí me gustan, no pierdo el tiempo en lanzar el hueso muy lejos para sentirme más español.
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