La eterna división de la izquierda

Sin entrar en profundidades históricas, que eso se lo dejo para mi buen amigo Pepe Alemán, me viene estos días a la cabeza la tradicional y diría que ancestral división de la izquierda. En la transición ya se empezó a vislumbrar una amplia colección de pequeños chiringuitos que se fueron desgajando primero del PCE y luego de Izquierda Unida. Por no hacer muy prolija y cansina la lista, anotemos en aquellos años de la década de los 70 el nacimiento del Partido Comunista de España reconstituido, y se decía por aquellos años que estaban tomando muchas vitaminas reconstituyentes y tal; el Partido Comunista de los Trabajadores; la Organización Revolucionaria de Trabajadores; el Partido Comunista de Unificación; el Partido del Trabajo de España; el Partido Obrero de Unificación Marxista, que recogían las ideas más extremistas del POUM de la época de la guerra civil; y otros muchos más que harían de esto un rollo más que histórico, plúmbeo y aburrido, pero terminemos por señalar que aquí en Canarias destacaron la Unidad del Pueblo Canario (UPC), dirigida por Fernando Sagaseta, el Pueblo Canario Unido, el Partido de la Revolución Canaria, de Gonzalo Ángulo, la Unión Nacionalista de Izquierda, dirigida por un joven Román Rodríguez, y otros chiringuitos menores pero con gran vocación izquierdista y tal. Perdonen los amigos de izquierda si se me escapa alguno, pero escribo de memoria y los años hacen que el disco duro cerebral se esté gastando cada vez más.

Llegamos a la cita electoral del 20-D, y más o menos andamos con lo mismo, es decir, la dispersión en varias listas o candidaturas, lo que viene a significar que con la ley D¨hont y las circunscripciones provinciales que priman a los partidos mayoritarios, la perdida de escaños será notoria. Si la cosa no se agrava, ahora mismo tenemos varias formaciones de izquierda que han confirmado su participación: Podemos, Izquierda Unida, Ahora en Común y Unidad Popular que parece irán arrejuntadas, Somos, Compromis, Convergencia por la Izquierda, Anova, La Izquierda, que parece va a impulsar el juez Baltasar Garzón y la exmilitante del PSOE, Beatriz Talegón, y Cataluña en Común, que lidera Ada Colau y será la marca de Podemos en tierras catalanas, y tiro porque me toca, que de aquí al cierre de las listas es posible que aparezca alguna más.

Ya ven como anda el patio de la izquierda, que tiene una larga tradición de divisiones, y en la guerra civil recuerden que incluso hubo luchas intestinas entre comunistas, socialistas, anarquistas, y así le fue a la República, y actualmente mientras el Partido Popular aglutina a liberales, conservadores, democristianos, franquistas, fascistas, ateos y católicos, guapos y feos, altos y bajos, la izquierda española sigue dando palos con el rabo y discutiendo una coma y un punto y coma. Me decía un amigo de izquierda que tengo razón, pero que no debo estar aireando tantos problemas y divisiones, pero mi contestación fue que deje de militar en 1982 en el PCE, y que no he vuelto a afiliarme a ningún otro partido político, y que además mi obligación moral y profesional como periodista es criticar todo lo que me parece mal hecho y también comentar en plano positivo lo bien hecho. Lo últimamente bien hecho ha sido por parte de Podemos Canarias el “fichar” a la jueza Victoria Rosell (perdón Vicky, ya sé que eso de “fichar” no te gusta) como cabeza de lista por la circunscripción de Las Palmas, que me consta ha despertado cierta ilusión entre mucha gente de izquierda. No quiero ser muy duro con Izquierda Unida Canaria, pero sus dirigentes, con Lorenzo Garzón a la cabeza, no han estado a la altura de las circunstancias, y las expulsiones suscitadas en el proceso de confluencia hacen que el panorama para IUC sea tremendamente negativo en Canarias, y ahora mismo muchos de los expulsados están trabajando para Podemos, incluso ya cargos públicos como los concejales que gobiernan en el tripartito del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria.