Fase 1

Hace unos días comenzábamos la fase 1 del desconfinamiento la mayoría de los españoles, ya que algunos puntos de nuestra geografía tendrán que esperar un poco más. En todas las crisis suelen descubrirse tres tipos de personas: las que mantienen la calma, las ansiosas y las que se aprovechan de la situación para sacar tajada. Durante estos primeros días hemos visto algunos ejemplos significativos.

Leí en redes hace unos días a una conocida que señalaba que, dada la irresponsabilidad de su entorno, lo mejor era ir una fase por detrás de lo que sugería el gobierno. Es decir, si Canarias se encuentra la fase 1, ella iría por las medidas de la fase 0 de desescalada. Rápidamente, se me vino a la mente esa clase de personas que cuando alguien de su entorno sufre un accidente o surge un conflicto en su vida personal saben capear el temporal de forma calmada.

El amigo ansioso es ese que lo primero que piensa cuando termina la fase 0 es en irse de compras a la cadena de Amancio Ortega o a pedirse un Big Mac para saciar la ansiedad, una noticia que hay que leer junto a esa otra que dice que el gobierno de Canarias detecta “señales inquietantes de despreocupación” en desconfinamiento. Pero los que más me preocupan son los que se aprovechan de las malas circunstancias para sacar beneficios personales, sean del tipo que sea. Todas/os nos hemos encontrado en algún momento de la vida con esta clase de personas. Esas que no tienen escrúpulos, capaces de mentir, omitir o manipular para aprovecharse de los momentos de desventaja de los otros, obteniendo ellos una aparente situación de poder.

La presidenta de la comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, llevaba semanas bajo un chaparrón de críticas debido a la comida que les ofrecía a menores con pocos recursos económicos. Argumentaba que a los menores les encantaba la comida de Telepizza. La presidenta incluso se permitió un desaire cuando desde Asprocan le mandaron un número cuantioso de plátanos para los menús de estos niños. Ahora hemos sabido que la presidenta madrileña se alojaba en dos apartamentos de lujo, que según ella le cuestan 80 euros la noche. Definitivamente, Ayuso pertenece a ese tercer grupo de personas. capaz de negarle a niños con bajos recursos la posibilidad de tener una alimentación sana mientras se aloja en suites que, a ojo, no bajan de los 2.000 euros.