Y Franco resucitó en Telde

No gritaron “se sienten coño” pero sí dijeron más o menos “apaguen los micrófonos, cierren la boca, se acabó la libertad de expresión”. La Guardia Civil ocupó este lunes tres emisoras en Telde. Técnicos, directivos e invitados que se encontraban en PCL Radio, Canal Telde y Radio Cibelio se vieron sorprendidos por los agentes que entraron de paisano y se pusieron unos chalecos con el anagrama de la guardia civil cuando estaban dentro. Con modales educados cometieron el mayor atropello que se puede realizar en una democracia: clausurar tres medios de comunicación.

Eduardo Garoz entrevistaba al portavoz del Partido Popular en Telde, Francisco Santana. El técnico Roberto Falcón le dijo por los auriculares que habían entrado unos guardias civiles en la emisora y le obligaban a cortar la emisión. Garoz fue guardia civil y ahora dirige Radio Cibelio, por eso sabe cómo funcionan estas cosas y pidió a sus antiguos compañeros la orden judicial. Los guardias civiles mostraron el auto judicial firmado por la titular del juzgado número 6 de Telde, María de los Ángeles Zabala, que ordenaba el registro de la emisora respondiendo a la denuncia de un particular por el supuesto delito de violación de la propiedad intelectual. La policía ordenó la desconexión de los micrófonos y la clausura de los aparatos emisores y los enlaces. El concejal del PP de Telde fue testigo directo de estos hechos y estuvo retenido en la emisora las casi tres horas que duró la operación.

También al mediodía otros guardias civiles entraban en Canal Telde y precintaban los aparatos emisores. El coordinador de la emisora municipal, el subdirector, el técnico y el responsable de Gestel fueron detenidos. Los guardias civiles se llevaron los ordenadores, varios discos duros y más de 1.700 discos. Lo mismo ocurrió en PCL radio, donde fueron detenidos su director Antonio Uche y sus dos hijas. Los detenidos fueron trasladados al cuartel de Vecindario, se acogieron a su derecho a no declarar y fueron puestos en libertad con cargos.

Lo ocurrido este lunes en Telde es gravísimo. En los treinta años de democracia en España se han dado pocos casos de clausuras de medios de comunicación. El más conocido fue el cierre judicial del diario Egunkaria. El pasado 12 de abril la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional dictó una sentencia demoledora contra la clausura del diario Egunkaria. El juez absolvió a los cinco directivos del periódico vasco de varios delitos entre ellos el de pertenencia a ETA. Del Olmo calificó de inconstitucionales las medidas cautelares que se habían tomado contra el periódico, esas medidas culminaron en el cierre del diario en el año 2003. Estamos hablando de acusaciones muy graves como pertenencia a ETA o financiación de una banda terrorista, esas acusaciones las hicieron en forma de denuncia la Asociación de Víctimas del Terrorismo. Tras la investigación judicial, tanto el ministerio Fiscal como la Audiencia Nacional consideraron que se había cerrado el diario de forma inconstitucional.

Pues este lunes se clausuraron tres emisoras de radio en Telde y se detuvieron a sus directivos. En una democracia normal todos los periódicos del día siguiente hubiesen publicado editoriales condenando el ataque a la libertad de expresión. Pero no estamos en una democracia normal, estamos en Bananaria, y nos quieren hacer ver que esto es normal. La mayoría de los partidos políticos en Telde condenaron los hechos y los consideraron desproporcionados. El Partido Popular y Ciuca no se han solidarizado con las emisoras clausuradas. El portavoz del PP fue testigo directo del atropello, pero se encuentra atado a sus antiguos socios de gobierno, a los hermanos Reyes.

La banda Faycán tiene su propia emisora, la aventurera radio insulto y demagogia que tiene como locutor estrella al concejal Guillermo Reyes y su marioneta afónica. El periódico Telde Actualidad publicaba ayer que el denunciante de las tres emisoras que dio origen a la intervención judicial es familiar de una persona de la confianza del concejal de Ciuca. El dictador Franco resucitó este lunes en Telde, y su aparición tiene todo el olor, el sabor y el color de la banda Faycán. En el poder robaban a los teldenses y, si se confirman las sospechas, parece que desde la oposición pretenden promover el cierre de emisoras. Lo más grave de todo es que quienes tienen la obligación de defendernos de esta gentuza se dediquen a seguirles el juego.

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Juan García Luján