Para qué fue aquello, oye. El lector ático habitual advirtió a Paulino de los riesgos de residir en Las Palmas de Gran Canaria y como replicara que los antecedentes de agresiones físicas a políticos no se registran en esta odiada ínsula, precisamente, aumentaron de grado las descalificaciones para desviar la atención del hecho de que hacer footing por Las Canteras será sano y bueno para el cutis, pero no es un programa de gobierno.Siguió el entrecruce de palabros entre lectores y una vez más tuve ocasión de comprobar que se olvidaban de lo principal, lo que repito en plan cargante: qué pasa con la reforma electoral, qué con la ley de sedes y qué con la oficina parlamentaria. En el buen entendido de que ni siquiera son preguntas originales mías sino tomadas de un tertuliano radiofónico.En medio de todo esto, una lectora se esmeró en salirse por los cerros de Artenara retándome, en plan desafío, a que hable de Saavedra en relación al Sahara y de Granadilla y Arinaga. Son asuntos tratados aquí hasta decir basta. Es un poco como el cuento del gallo Morón en que no te dicen ni que sí ni que no sino si quieres que te cuente el cuento del gallo Morón. Así que no repetiré lo ya dicho, salvo en el punto para mí más significativo: la política de Zapatero de entendimiento con Marruecos puede llevarle a utilizar Canarias, como ya ha ocurrido en otras ocasiones, de moneda de cambio. Lo que vuelve a poner de manifiesto la existencia de un núcleo de intereses canarios contradictorios respecto a los españoles generales. Estupendo.Cansa la repetida constatación de que no es posible debatir nada con un mínimo de racionalidad. Resulta inútil porque de cualquier cuestión que se suscite lo que menos importa es su fundamento, los hechos aducidos como base de opinión. Sólo se hacen juicios de intenciones, imputaciones de ni se sabe cuantos ultrainsularismos o adscripciones políticas gratuitas que son, más que nada, reflejo de pereza mental; que es muy incómodo eso de reflexionar sobre lo que pueda haber de razonable en lo afirmado por otros. Requiere esfuerzo.No creo que por ahí se llegue a ningún sitio pero ya no es mi problema, para lo que me queda en el baile.