Raro, raro, raro...

El lunes el portavoz del gobierno, Martín Marrero, declaró que el presidente Paulino Rivero había propuesto a los hipermercados utilizar los productos cuya fecha de caducidad está cercana y repartirlos entre las familias más necesitadas. Tanto el Canarias 7 como El Día, periódicos nada sospechosos de querer incordiar al presidente del gobierno, recogían que el autor de la iniciativa era de Paulino Rivero. Nadie desmintió la noticia. Muchas ongs que trabajan con la gente más necesitada se enteran por los periódicos, y por la prensa reaccionan: advierten la medida es un peligro para la salud, veremos yogures en el rastro, hasta Cáritas critica públicamente al gobierno canario. Empresarios, sindicatos y ongs expresan públicamente que el gobierno no debería de anunciar medidas tan importantes sin contar con ellos. Un petición lógica, pero para este gobierno la participación social en las decisiones públicas es algo raro, raro, raro.

Este jueves, tres días despues del anuncio hecho por Martín Marrero, el Mencey Paulino Rivero desmiente al portavoz de su gobierno y declara “yo no fui”, el presidente atribuye ahora a los empresarios la idea de la solidaridad caducada, unos empresarios que horas antes habían criticado esa medida. En sus declaraciones nuestro Mencey no aclaró qué empresarios le propusieron la idea, así que habrá que concluir que fue la asociación de empresarios masoquistas, la que decidió realizar una propuesta, para criticarla y luego ser señalados por el presidente del gobierno. El autodesmentido de Paulino Rivero suena muy raro, raro, raro.

En el mismo acto público de ayer de Madrid, el presidente dijo que tiene el honor de no contar en su gobierno con políticos imputados, aclaró que se refiere a imputados por acciones desarrolladas dentro de su gabinete. Pero desgraciadamente el número 2 de ese ejecutivo tan limpio está imputado por dos delitos relacionados con la corrupción política. Por tanto si el hecho de no tener imputados es un honor, un deshonor debe ser tener un imputado en el gobierno. Pero Rivero está contento de presumir de lo que no tiene, o de lo que tiene (según se mire). Raro, raro, raro.

El consejero de Economía y Hacienda de Canarias está siendo investigado por su viaje a Noruega a bordo de un jet propiedad de un empresario que necesitaba que Soria lo ayudara en el cabildo y el Parlamento para poder sacar sus proyectos urbanísticos, incompatibles con la moratoria turística y con los planeamientos urbanísticos según los informes técnicos. Soria declaró en el TSJC como imputado por dos delitos de corrupción y dijo a la jueza que no había estado en el debate de aprobación de las camas de Anfi, la empresa del amigo que lo invitó a Austria y a Noruega. Al día siguiente dos periódicos publicaron el vídeo donde se ve a PP Manolo Soria votando a favor de los intereses de Anfi, precisamente al final del pleno al que, según dijo a la jueza, no había acudido. PP Manolo tampoco contó a la magistrada que su hijo también viajó gratis en el jet del empresario, la jueza se enteró del dato por un informe policial. Tampoco dijo Soria que el viaje de regreso de Noruega lo pagó la empresa Anfi, pero un día después de que CANARIAS AHORA publicara que Soria había estado en Noruega pescando salmón mientras Zapatero visitaba las cumbres quemadas por el fuego, entonces la mujer de PP Manolo solicitó a Anfi las facturas del viaje para pagarlas. Como le parecían pocas mentiras, minutos después de reconocer su viaje en el jet privado ante la jueza, PP Manolo declaró a los periodistas “nadie me paga los viajes”. Esta pasión por mentir de José Manuel Soria no debería ser normal, por eso lo vemos todo muy raro, raro, raro.

El consejero de Medio Ambiente del gobierno canario decide descatalogar unas especies protegidas para poder echar cemento encima de los sebadales de Granadilla y poner una planta regasificadora en la costa del sur de Tenerife. Se trata del mismo consejero que rechazó una ley de moratoria propuesta por los ecologistas. El gobierno presenta una ley de Medidas Urgentes de moratoria turística. Para ello pide un informe sobre el proyecto de ley al director de la Agencia Canaria por el Desarrollo Sostenible, y Faustino García Márquez responde que el proyecto de Medidas Urgentes propuesto por Berriel es una apuesta por un desarrollismo insostenible, que pone en el mercado del baratillo el suelo del campo canario. El gobierno y el consejero en lugar de tener en cuenta los criterios técnicos de la persona que el propio presidente había elegido como máxima autoridad en materia de desarrollo sostenible, lo que hacen es poner en la calle a García Máquez. Raro, raro, raro.

En Telde una empresaria harta de soportar intentos de sobornos por parte del gobierno municipal del PP-Ciuca, denuncia al ayuntamiento. Un juez de ideología conservadora inicia una investigación, el magistrado decide detener a todos los concejales del PP . La dirección del partido en Madrid los obliga a dimitir. En Mogán dos concejalas del PP denuncian al alcalde ante los tribunales. El juez ordena la detención del alcalde y de los principales ediles (todos del PP). Además de los delitos por corrupción, también se investiga delito electoral y un caso de espionaje a una comisaria de policía que estaba al frente de las investigaciones. Meses después los dirigentes del PP comienzan una campaña de defensa de los imputados por corrupción y de acusaciones contra los policías, periodistas, fiscales y jueces que realizaron o publicaron las investigaciones. Está claro que muchas cosas de la politica canaria son raras. Tiene razón nuestro Mecey cuando dice que en Canarias pasan cosas muy raras. Si Papuchi Iglesias siguiera vivo y pudiera pasar una temporada en Canarias también diría : raro, raro, raro.

Juan García Luján