Espacio de opinión de Canarias Ahora
La remodelación del Parque Santa Catalina
No pienso pedirle a Juan José Cardona, alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, que resucite a Lolita Pluma, ni tampoco a Rafa “el fotógrafo”, ni siquiera que ponga una tartana con burro para recordar viejos tiempos, aunque esto último no estaría mal, y también un cine al aire libre como existía en el parque en mi infancia y juventud que sería una aportación histórica del alcalde, un cine+food como se ha hecho en otras ocasiones y que me pareció una buena idea. Con respecto a la remodelación que pretende el alcalde creo que es un error de gran magnitud el querer mandar a los jugadores de dominó, cartas y ajedrez, a la intemperie de la explanada del Intercambiador, a la trasera del Museo de la Ciencia y el Parque Infantil, sin unos servicios públicos adecuados, y con una mayor lejanía del cogollo del Santa Catalina Park, como si las personas mayores que allí se reúnen fueran unos apestados. Hace unos días estuvimos sondeando a asiduos de este lugar del parque, y también a dueños de algunas terrazas, y la gran mayoría está en contra de los cambios que propone Juan José Cardona. Muy en contra. Uno de ellos nos comentaba que si las mamparas no estuviesen, en muchos días de invierno no se sentaría nadie en las mismas.
Quitas las mamparas cerradas que ahora mismo cubren las terrazas y unificar todas con un mismo criterio de amueblamiento, supone una inversión que no todos los propietarios de bares y restaurantes están dispuestos a afrontar. Algunos propietarios argumentan que se quiere volver a los años 70, sin tener en cuenta que ya no hay tanto turismo en la capital porque se desplazó hacia el sur de la isla, y además hay unanimidad que con la crisis no hay dinero para cambiar las estructuras de las terrazas y comprar nuevas sombrillas. Y entre los jugadores de dominó, cartas y ajedrez, el enfado es mayúsculo, y uno de ellos nos decía que “cómo nos quiten de aquí, de la esquina de la calle Nicolás Estévanez, será un desastre, muchas personas mayores tienen que ir con frecuencia al servicio, muchos tienen que tomar su medicación, y si nos ponen cerca del Parque Infantil sólo nos faltaba que una pelota nos tire las fichas de dominó, nos vemos discutiendo con los niños”.
Así como nos ha gustado el cambio dado a zona del Bodegón Fataga, trasladar a los mayores de la tercera edad mayormente a la trasera del Museo de la Ciencia nos parece un grave error. Me da la impresión que el concejal Pablo Barbero tiene el reloj parado hace 40 años, y ve el parque con los mismos ojos de nuestra infancia y juventud. No parece que el espacio que ocupan los jugadores de dominó y ajedrez sea un obstáculo para que los turistas que llegan ahora en cruceros marítimos deambulen y se sienten en las terrazas, compren en las tiendas, y además contemplen a los jugadores mayores, que no deja de ser otro atractivo muy singular. Pablo Barbero y Juan José Cardona deberían recapacitar sobre todos estos detalles, incluso en los humanos.
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