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¿Hasta cuándo soportaremos a Coalición Canaria? 2007, gran ocasión perdida
Los orígenes de Coalición Canaria provienen de ATI (Agrupación Tinerfeña Independiente), que con un lenguaje populista dividió y enfrentó a la sociedad tinerfeña contra la grancanaria. Después de consolidar ese destructivo discurso y obtener réditos electorales en la isla de Tenerife, lo extendieron a las demás islas a través de las AIC (Agrupaciones Independientes de Canarias), hasta llegar a la configuración del actual bodrio seudonacionalista o partido político “de aceite y vinagre” que es Coalición Canaria. Y es que no se entiende en partidos nacionalistas de verdad, como los más históricos PNV (Partido Nacionalista Vasco) y ER (Ezquerra Republicana), que tengan sucedáneos (incluidos con siglas diferentes) en cada provincia de las que conforman sus respectivas nacionalidades, como ocurre con Coalición Canaria, que sigue integrada por la referida ATI, API (Agrupación Palmera Independiente), AHÍ (Agrupación Herreña Independiente), AGI (Agrupación Gomera de Independientes), AM (Asamblea Majorera), PNL (Partido Nacionalista de Lanzarote), el PNC (Partido Nacionalista Canario) en calidad de socio y donde único está estructurada como Coalición Canaria es precisamente en Gran Canaria, pero con una representación institucional casi testimonial.
Lo malo es que con esa estructura y la ley electoral que les favorece, y la complicidad o connivencia del PSOE o del PP, han venido formando parte del Gobierno de Canarias desde 1991 y presidiéndolo ininterrumpidamente desde 1993. En todo este tiempo nos hemos venido situando en los niveles más bajos de desarrollo y bienestar de todas las nacionalidades o comunidades autónomas: desempleo, fracaso escolar, listas de espera sanitarias, insuficientes y deficientes servicios sociales, embarazos de adolescentes no deseados, sueldos más bajos que la media nacional, explotación y fraude laboral, cesta de la compra más cara y la mayoría de los productos importados (cerca del 90%) de mucha peor calidad que los nuestros, etc.
Y eso, aún teniendo las mejores condiciones: clima, paisajes, situación geoestratégica, un exclusivo REF (Régimen Económico y Fiscal)... que nos deberían posibilitar estar a la vanguardia en el nivel de vida de todos los españoles. Dos ejemplos muy evidentes son los sectores primario y energético, de los que, teniendo todo a favor para una mayor autosuficiencia, no producimos ni el 10% de lo que consumimos.
Es evidente el daño que le ha venido y viene causando CC a Canarias. Ahora estamos viviendo y padeciendo otra crisis del Gobierno de Canarias, por la deslealtad de Coalición Canaria hacia sus socios de gobierno del PSOE, empezando por el presidente Clavijo, los consejeros “nacionalistas” y algunos pirómanos significativos dirigentes de ATI, como el presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso, entrometiéndose e interfiriendo en la gestión de la vicepresidenta y consejeros socialistas y por la debilidad del grupo parlamentario socialista, soportando las más que probables imposiciones de las nefastas Ley del Suelo y la Ley Turística de las Islas Verdes, repartos injustos de los fondos del antiguo IGTE y ahora el Fdcan (Fondo de Desarrollo de Canarias). Igualmente incumpliendo los pactos electorales suscritos, como el de Granadilla, que hizo públicamente comprometer al secretario general de Coalición Canaria, José Miguel Barragán, su dimisión si no se reconsideraba el voto de censura que sus compañeros de ese municipio le pusieron al alcalde socialista Jaime González Cejas. Lo cierto es que el referido voto de censura se produjo, pero Barragán, contraviniendo su compromiso, continúa sin dimitir. Dentro de las mismas negociaciones sigue sin cumplirse el acuerdo suscrito para que los ayuntamientos de Arico y Puerto de la Cruz revirtieran en el PSOE y pasaran a ser gobernados por los socialistas.
Se está auspiciando la ruptura del pacto del Gobierno de Canarias para configurar otro entre el PSOE y el PP, con apoyos externos de Nueva Canarias. Por el bien de Canarias, sería conveniente y necesario sacar a Coalición Canaria del gobierno, pero no a cualquier precio y es que, de no hacerse debidamente, puede ser peor el remedio que la enfermedad. La situación actual es más compleja, el PSOE en Canarias gobierna otras instituciones con Podemos y Nueva Canarias, lo que podría producir confusión y más decepción entre los ciudadanos un gobierno contranatura entre los socialistas y populares, máxime cuando éstos con Rajoy al frente como presidente del gobierno tienen el más que merecido rechazo de los afiliados y simpatizantes del Partido Socialista. ¿Con qué excusa se puede seguir manteniendo ese rechazo, si el PSOE pasa a formar gobierno con el PP en Canarias? Otra cosa es que separando y diferenciando los ámbitos nacional y regional, estas tres fuerzas políticas lleguen al acuerdo para que el gobierno lo configure el PSOE y Nueva Canarias y el PP (ahora sin Soria) apoye un proyecto pactado común: reactivación y diversificación de la economía canaria, potenciando los sectores energéticos y primario para crear más y mejor empleo, los servicios públicos, sanidad, educación y servicios sociales y una reforma o una nueva ley electoral más proporcional y justa que combata los insularismos, creando una autentica conciencia regional.
Diferente fue la oportunidad perdida para que después de las elecciones autonómicas y locales de 2007 se hubiera alcanzado un pacto no de gobierno y si de gobernabilidad de las instituciones canarias, empezando por el Gobierno de Canarias entre el PP y el PSOE, que había ganado claramente las elecciones obteniendo 26 diputados regionales y con un candidato a la presidencia, Juan Fernando López Aguilar, que con mucha capacidad y experiencia, como demostró en su etapa de ministro de Justicia, en la que España logró grandes cotas de derechos y libertades, había transmitido un mensaje de ilusión y esperanza a todos los canarios, reivindicando justicia social, honestidad y transparencia, lo que hubiera obligado a Coalición Canaria a pasar a la oposición, con las repercusiones tan negativas que les acarrearía y es que esta fuerza política subsiste, por el poder y los intereses acumulados, sin los cuales con toda probabilidad ya hubiera desaparecido.
Me considero ideológicamente muy alejado del Partido Popular, pero en aquel entonces y como se ha venido demostrando en éstos 25 años en los que ha venido gobernando Coalición Canaria, creo que hubiera sido preferible ese entendimiento, antes que seguir soportando a estos “nacionalistas” de pacotilla.
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