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El tío Pepito

Cristóbal D. Peñate

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José Luis Martínez-Almeida Navasqüés y León y Castillo es el nuevo alcalde de Madrid y por su nombre es fácil deducir que no es de Podemos. Con ese nombre tan largo y aristocrático solo podría ser del Partido Popular.

Este abogado del Estado madrileño es nieto de la grancanaria Magdalena de León y Castillo Manrique de Lara, bisnieto del tercer marqués del Muni y tataranieto del ingeniero teldense Juan de León y Castillo.

Es el más pequeño de seis hermanos. En realidad es difícil imaginarse a alguien más pequeño que él, aunque posea una gran cabeza y una locuacidad inagotable. Cuando se monta en su moto y se pone el casco se parece a la hormiga atómica.

Martínez Almeida es soltero y entero aunque tanto Esperanza Aguirre como Begoña Villacís están intentando buscarle una consorte, pero él parece desdeñar esa posibilidad, y menos aún en los próximos cuatro años en los que estará muy ocupado en la alcaldía de Madrid.

El tataranieto de León y Castillo es un perdedor nato ya que es un incondicional hincha del Atlético de Madrid. Es tan perdedor que fue derrotado el mes pasado por Manuela Carmena, quien no obstante acaba de dejar el Ayuntamiento porque un pacto entre el PP, Ciudadanos y Vox la ha desalojado de la alcadía. Carmena dice que ahora no es nadie.El nuevo primer edil madrileño no tiene hijos pero si cinco ahijados que le llaman tío Pepito, seguramente debido a la estatura menguante del regidor, que como no podía ser de otra manera estudió Derecho en la Universidad Pontificia de Comillas.

El tío Pepito fue el azote sistemático de Manuela Carmena en el anterior mandato municipal. Llegó a la alcaldía de Madrid apoyado en los votos de la ultraderecha española y de un partido que se llama liberal aunque a veces es más conservador que el propio PP.El Partido Popular vuelve a recuperar el Ayuntamiento de Madrid a pesar de que ha obtenido el peor resultado de su historia en la capital, descendiendo seis ediles. Una vez más se ha demostrado que perder unas elecciones en las urnas puede suponer una victoria institucional.

Cuando en 2015 Esperanza Aguirre sacó un concejal más que Manuela Carmena los populares exigieron que su lideresa fuera la alcaldesa madrileña. Ahora que Carmena ha logrado cuatro concejales más que el PP, Martínez Almeida y Pablo Casado han cambiado su discurso de conveniencia. Es lo que tiene ser del Aleti, aunque peor hubiese sido ser de la UD Las Palmas. Perdedores al poder. Del tío Gilito al tío Pepito. Todo por la pasta.

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