El acuerdo del Cabildo que oculta el alcalde de Adeje

La especulación aprieta el acelerador en los últimos coletazos de la legislatura. Expedientes de larga tramitación tratan de ser impulsados por los padrinos de cada cual para evitar que cualquier accidente electoral pueda dar al traste con ellos a la vuelta de mayo o junio. Volvemos a poner el foco hoy en el municipio tinerfeño de Adeje, y más concretamente en un importante trozo de suelo (equivalente a cuarenta campos de fútbol) que el Plan General del municipio calificó en su día para ocio, concretamente para un parque temático. Les hablamos del complejo Tropicana Atlántico donde el empresario Ambrosio Jiménez trata de levantar el mayor centro comercial de España con Leroy Merlin como cabecera. Un centro comercial donde se planificó en su día un parque temático y de ocio que complementara la oferta turística del sur de la isla. En 2013 el Tribunal Superior de Justicia de Canaria desestimó un recurso de la Federación de Comercio al considerar que, pese a sus quejas, el proyecto se ajusta al planeamiento (sic) cuando en realidad el planeamiento municipal se está modificando en estos momentos para hacerle un hueco y cuando, a su vez, el planeamiento insular no lo contempla ni por asomo. El alcalde de Adeje, el socialista José Miguel Rodríguez Fraga, ha ocultado públicamente cuando se le ha preguntado la existencia de un acuerdo del Cabildo de Tenerife en el que claramente se informa negativamente ese cambio del PGO por considerar que no encaja con “el modelo de organización territorial establecido por el planeamiento insular vigente, en tanto no tenga amparo en el planeamiento territorial que establezca la ordenación de los grandes equipamientos comerciales”, entre otras consideraciones.

 

Berriel, irreductible

Las bendiciones a Ambrosio Jiménez, que las tiene de boquilla para poder hacer los movimientos de tierra y las obras de urbanización que está haciendo sobre la parcela sin que los trámites legales hayan concluido, están ahora en manos del Ayuntamiento de Adeje, que trabaja a destajo aprovechando estos minutos basura y, entre otras circunstancias, la dimisión de Gustavo Matos como director general de Comercio, desde donde se ha frenado esta iniciativa en todo momento precisamente por carecer de los trámites urbanísticos imprescindibles. Las piruetas que ha ido dando Rodríguez Fraga y su equipo no tienen parangón: estancado en la licencia comercial específica, intentaron pasar el asunto por los planes de modernización alentados por el Gobierno de Canarias, pero al comprobar la imposibilidad de pasar por ellos, volvieron a la modificación urbanística, que primero pretendieron puntual para, sorprendidos en su amaño, pasar a la revisión del planeamiento en ese punto, lo que precisa una tramitación más complicada que dependerá en última instancia de la Consejería de Ordenación del Territorio, a cuyo frente un irreductible Domingo Berriel no parece estar por dejar pasar un camello por el ojo de una aguja.

 

Camiones para el acarreo

Ambrosio Jiménez ha conseguido generar alrededor de este faranónico proyecto una suerte de corriente de simpatía gracias a las bondades que teóricamente encierra. Quitar un parque temático, o un parque de atracciones, y en su lugar levantar un centro comercial es para cualquier experto urbanista una aberración en sí mismo. Equivale a equiparar comercios con ocio, esa corriente triunfante consistente en transformar el consumismo en diversión. ¡Venga todo el mundo al centro comercial, que es muy entretenido! Se habla en la prensa tinerfeña de 2.000 puestos de trabajo directos y otros 1.000 indirectos; se habla del centro comercial más grande de España (otro mega récord para presumir), mientras el sector comercial tradicional protesta sin que le estén haciendo puñetero caso. Ambrosio Jiménez ha puesto sus excavadoras y sus camiones a mover tierras para levantar el centro dando por hecho que las dificultades administrativas que todavía tiene el proyecto serán convenientemente subsanadas. Que para eso es un hombre que se moja, incluso poniendo todo sus camiones y todo su empeño en que la militancia y la simpatizancia del PSOE del sur de Tenerife acudiera masivamente a votar por la candidata a la Presidencia del Gobierno que el alcalde de Adeje quería.

Nueva Canarias, sorpresa en Ingenio

O no tan sorpresa, dada la identidad del cabeza de lista que el partido de Román Rodríguez se ha buscado para la villa grancanaria. Pues sí, una encuesta de esas que te soplan antes de entregarla a su legítimo propietario refleja un apabullante ascenso de Nueva Canarias, que concurre con un veterano de la política local, el médico Domingo González Romero, y con la maquinaria de Agrupa Sureste soplando a toda vela para acercarse vertiginosamente a la mayoría absoluta. Dice la tal encuesta que Agrupa-Nueva Canarias puede hacerse con entre nueve y once concejales en el consistorio, recluyendo al PSOE a la segunda posición (7-9), y al PP, que ha detentado el bastón de mando en este agitado periodo, a una humillante tercera posición, con entre 3 y 4 actas. El nuevo partido del alcalde saliente, Juan José Gil, Somos (Semos, en cristiano), aliado para la ocasión con Coalición Canaria, entraría en la nueva Corporación prácticamente por los pelos (y no va con segundas, en serio), es decir, con entre cero y un concejal. Si se confirman los datos de esta encuesta, el PSOE perdería por primera vez en décadas su condición de fuerza más votada (gobernó varios mandatos con mayoría absoluta con Juan Espino y con mayoría simple con Juan Díaz) para cederle ese privilegio a una formación local, Agrupa Sureste, asociada al único partido regional al que las encuestas otorgan crecimiento. El PP pierde otro bastión a pesar de los desaforados intentos de José Manuel Soria por colocar a su candidata favorita, Pino Vega, en una posición ventajosa durante el mandato que ahora termina. Para, al final, ya ven ustedes cómo son las cosas, dejar el regusto de la cáscara amarga de una derrota sólo equiparable a la de 2007 a Rayco Padilla.

 

Alarcó se siente arropado

Nos telefonea con la educación y la prestancia que siempre le ha caracterizado, y con el temple que muy pocos en su partido tienen para tratar con la prensa desafecta, el candidato del PP a La Laguna, Antonio Alarcó. El motivo, matizar nuestros comentarios de ayer en esta sección aludiendo a la ausencia de líderes carismáticos (con perdón por lo de líderes) en el acto de presentación de su candidatura en el complejo El Polvorín, de Taco, con lleno absoluto en el espacio escogido. Dice Alarcó que Manolo Domínguez, el presidente insular que le ha desplazado de la candidatura al Cabildo, no acudió porque se le complicó el pleno en el Ayuntamiento de Los Realejos, del que es alcalde. Soria no iba a venir un Primero de Mayo, y Australia Navarro, candidata presidencial, a su juicio, no está para cosas que no sean de recorrido regional, como si La Laguna fuera una plaza de escasa importancia. Para ilustrar el respaldo y el calor que el PP le está otorgando, Alarcó se defiende resaltando el acto con jóvenes que Soria acaba de celebrar en la ciudad, o la inminente visita (que él mismo se ha currado) con Pablo Casado, la cara amable (ejem) del partido. O que sea La Laguna el único punto de la isla de Tenerife donde el domingo hará parada mitinera Mariano Rajoy en su visita a Canarias. El doctor Alarcó no se siente en absoluto desplazado por su partido por haber sido enviado a La Laguna, teniendo como tiene acreditado un alto valor electoral. Quizás sea por eso, se explica él mismo, porque habrán preferido presentarlo a una plaza donde tenga alguna posibilidad. Las encuestas no le acompañan de momento, pero todo se andará.