Cuatro días después, este martes, en una conferencia de prensa en Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Soria ya no se acordaba de nada. “No sé de qué me está hablando”, dijo en contestación a una pregunta sobre el anuncio del abogado Felipe Campos de denunciarlo por calumnias ante la Fiscalía por su acusación de “escuchas ilegales”. Tras asegurar que no sabe quién es Campos (ni falta que le hace, de momento), nuestro honorable vicepresidente coronó su penoso despeje a córner con una boutade marca de la casa. Cuando un periodista le recordó la conversación de Paulino Rivero con el alcalde de Arona, Soria preguntó: “¿Ah, que le pillaron?, ¿pero quién le pilló? Es que no tengo el dato, me lo acaba de decir usted”, para terminar diciendo que tiene “cosas más importantes” de las que ocuparse. De los asuntos domésticos, por supuesto. Se amplía peligrosamente el catálogo de memeces de este irrepetible político.