Siempre nos ha resultado un personaje singular Benito Codina, actual dirigente del Centro Canario Nacionalista. Cuando lo conocimos era uno de los valores en alza en el Partido Popular de Canarias, con el que llegó a ser viceconsejero de Asuntos Sociales del Gobierno de Canarias y candidato a la presidencia del Cabildo de Tenerife en 2003. Sus desavenencias con ese partido lo llevaron a abandonarlo en 2005 alegando que era “una franquicia sin identidad propia”. Tan duras afirmaciones las hizo Codina cuando José Manuel Soria pactó con Coalición Canaria el reparto territorial del poder en Canarias, las islas orientales para él y las occidentales para los nacionalistas, sin recato de ningún tipo. Seis años después, Benito Codina vuelve por sus fueros a defender las esencias del partido que quizás jamás debió abandonar, aunque ahora lo haga desde una formación “nacionalista” integrada electoralmente en aquella CC que tanto le irritó. Se le nota encantado de ejecutar las instrucciones de Nacho González de pregonar a los cuatro vientos que hay que concurrir las elecciones del 20-N con el PP y dejarse de zarandajas, que para eso van a ganar y no están los tiempos para nadar contracorriente. Hace unos días emitió un almibarado comunicado defendiendo esas tesis y resaltando que hasta el Partido Aragonés Regionalista y, fitetú, la Unión del Pueblo Navarro habían tomado esa sabia decisión. Este jueves Codina ha dado un paso más en su peloteo al PP y, sin necesidad ninguna, ha salido en apoteósica defensa de José Manuel Soria y de la beca que le han concedido para hacerse un cursito en Harvard.