El consenso es la constante en estos momentos de la vida pública de José Manuel Arnáiz. El presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas los buscó con denuedo para el istmo, hasta que tuvieron que llegar las personas mayores a intentarlo y darse también de bruces con la realidad. Y con la ley, que es de un tozudo que irrita. Pero Arnáiz, que es muy perseverante para lo bueno y para lo malo, hasta que Bruselas los separe, también ha tratado de conjugar el consenso en otros ámbitos de la Autoridad Portuaria. Por ejemplo, en los cursos de formación para el personal del ente, sacados a concurso desde la Fundación Puertos de Las Palmas, de la que también es máximo responsable por imperativo institucional.