Emilia Perdomo, hasta este mismo martes concejal del PIL en Arrecife, debería ir comprando una hoja del cupón de la ONCE porque parece tocada por la suerte. O tan sólo por la casualidad, que no es diosa, pero tiene su gracia. Si el lunes fue testigo de las detenciones de sus compañeros en el Ayuntamiento, el martes tuvo la dicha de coincidir con su jefe de filas, Dimas Martín, en el Hospital General de Lanzarote. Lo vio entrar sentado en una silla de ruedas y, como les pasó a los demás testigos, pensó que el líder había sufrido una crisis coronaria como consecuencia de algún sofoco producto del disgusto. Tras llevarlo a hacerse las pruebas correspondientes (le detectaron la referida fractura de ñoño inferior), Dimas Martín volvió a cruzarse con su subordinada, que intentó sin éxito saludarlo. Los policías que escoltaban a tan detenido político impidieron el más mínimo contacto.