El ministro Soria, como era de esperar, no es partidario de hacer un referéndum en Canarias sobre el petróleo, sería tan extravagante como imprudente que opinara lo contrario, pero está bien saberlo ya de manera oficial. Así quedó reflejado en la entrevista con La Provincia que estamos desmenuzando para ustedes y en la que, atención, automovilistas, anuncia que el hallazgo de petróleo en las costas canarias abaratará el precio de la gasolina en el surtidor. O al menos eso cabe colegir de las dos respuestas que se ve obligado a dar ante la insistencia de la periodista. En la primera pregunta de si se abarataría la gasolina, Soria contesta con que España rebajará su dependencia energética, y en la segunda vuelta de tuerca, cuando se le pregunta si repercutiría en el bolsillo del consumidor, afirma que “evidentemente que hay una repercusión. No es igual tener una dependencia del 99% que del 90%”. Es esperanzador que ante esa rebaja de la dependencia energética en un 9%, el mismo Gobierno que se apresta a elevar la velocidad máxima en autopistas hasta 130 kilómetros por hora, con el consiguiente incremento en el consumo y las importaciones, diga que bajará el precio final al consumidor si el amigo Brufau encuentra petróleo en Canarias. Encima querrá que nos lo creamos. Por cierto, hablando de amistades y enemistades, dice Soria que a él no le han presionado las eléctricas en la dura polémica que ha acabado con un Ejecutivo neoliberal interviniendo en el mercado energético. Asegura que no le han presionado porque sus directivos saben que perderían el tiempo y no porque sea una roca infranqueable, sino porque en este caso “quien legisla es el Gobierno y las Cortes”. Más claro, el agua, y por si había dudas, lo aclara también en esta entrevista: “no sé si a otros les han presionado”. Sobre su agria polémica con Cristóbal Montoro, el ministro canario niega la mayor: “No hubo ningún encontronazo” lo que ha habido es “una imposibilidad de aportar esos 3.600 millones por el Estado porque eran imprescindibles para cumplir el déficit público”. Y atención a los cálculos que hace sobre la subida de la luz: “Para una familia tipo de dos hijos y de renta media baja, el recibo de la luz ha aumentado entre 2004 y 2011 un 6,9%, pero en 2012 y 2013, un 1,9% anualmente”, es decir, un 3,8%. O sea, que lo que los malditos socialistas consiguieron en siete años, el Gobierno de Rajoy va camino de conseguirlo en cuatro. No están mal las cuentas, y las lanza con absoluta naturalidad.