La que se armó este jueves en los juzgados de Granadera Canaria a raíz de que este periódico publicara la noticia de que el Colegio de Médicos expedientaba a la forense para saber qué grado de influencia había tenido su concurso profesional en la sentencia condenatoria, fue de traca. Se reunió la junta de jueces de instrucción y de lo penal y, por unanimidad, acordó reprobar esa iniciativa colegial por lo que suponía de clara intromisión, cuando no coacción a la médico para que se cuidara en lo sucesivo de informar en contra de sus propios colegas. La reacción del colegio fue fulminante, y la citación con lenguaje procesal en forma de diligencia se tornó carta amable y de absoluta camaradería enviada la tarde el jueves, vía mensajería, a la forense. Su expediente quedaba en nada, al menos hasta que la sentencia a los tres galenos sea firme. Ya veremos qué pasa de aquí a allá.