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El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Fernando Figuereo se compra dos trajes

Fernando Figuereo, entre José Manuel Soria y Sigfrid Soria, en una imagen de archivo.

Carlos Sosa

Parece que pertenecen a otras calendas aquellos gloriosos episodios canarios en los que un enfurecido Partido Popular bramaba contra instituciones que consideraba inútiles, como el Diputado del Común. Corría, más o menos, el mes de octubre de 2011, todavía Soria no sabía que iba a ser ministro del Reino, cuando llevaba a extremos casi ridículos su cabreo con Paulino Rivero por haber pactado con el PSOE y haber dejado fuera a quien siempre fue el socio natural de Coalición Canaria. El empute era indisimulable y les llevó incluso a renunciar a la plaza que se les ofrecía en la Audiencia de Cuentas de Canarias, órgano teóricamente fiscalizador de las instituciones públicas archipielágicas tradicionalmente utilizado por los partidos políticos para dar gusto a jubilaciones anticipadas. O a jubilaciones tardías, que de todo ha habido. Pero llegado este octubre de 2015 las cosas ya son muy diferentes: el nuevo orden gubernamental, con Fernando Clavijo a la cabeza y Patricia Hernández dejando hacer, agrada muchísimo más a Soria y al PP, por lo que aprovechando que se queda una plaza libre en la Audiencia de Cuentas, la muchachada soriana decide ahora que hay que ocuparla. Sabíamos hace algunas semanas que el elegido era el abogado radicado en Lanzarote Fernando Figuereo Force, un hombre fiel al gran timonel hasta extremos rayanos en el fanatismo, que ha hecho todo tipo de trabajos para la organización sin preguntar ni el cómo, ni el por qué. Quizás tampoco el cuánto porque, al fin y al cabo, estaba bien alimentado por el sueldo de diputado en tres legislaturas consecutivas. En esta se quedó fuera, qué le vamos a hacer, y había que buscarle echadero en algún puesto público con buen sueldo y pocos contratiempos. Así que hace unas semanas Soria se lo ofreció y el hombre no se lo pensó un momento: “José Manuel me ha propuestopara sustituir a esa chica de Nueva Canarias y qué quieres que te diga, estoy cansado de trabajar de abogado (sic) y merezco jubilarme”. Son sus propias palabras, pronunciadas en la terraza de El Veril, en la mismísima playa de Caleta del Sebo, en La Graciosa, mientras compartía varios gintonics con un grupo de íntimos amigos y su esposa.

Un par de trajes

Figuereo pasó este martes el examen protocolario de la comisión de Gobernación, Justicia e Igualdad (qué paradoja) del Parlamento de Canarias, donde sus señorías le interrogaron (es otro decir) para comprobar su idoneidad para el cargo. Ni que decir tiene que Coalición Canaria y el Partido Popular le dieron un once directamente, mientras el PSOE pasó el trámite preguntándole al aspirante si en los últimos años había recibido subvenciones, para acto seguido, tras recibir la negativa por respuesta, prestarle su apoyo. Sólo Podemos manifestó discrepancias con la elección por el escaso perfil técnico del aspirante, muy por debajo de su inclinaciones claramente partidarias, en un intento por ahora baldío de cambiar la tendencia habitual en este tipo de nombramientos. Para entonces la suerte ya estaba echada y el aspirante ya había pasado por El Corte Inglés de Las Palmas de Gran Canaria para comprarse “un par de trajes”, deseo que le manifestó a su esposa durante esos gintonics en La Graciosa. “Isa, si me nombran necesito comprarme un par de trajes, así que un fin de semana de estos nos vamos a El Corte Inglés”. Dicho y hecho. Debe estar contento con la nueva vida que le aguarda: “Tengo 29 señalamientos de aquí al 30 de noviembre, así que este cargo es una jubilación dorada para mí”, decía a sus allegados ya con la tercera copa en la mano. Lleva 25 años en el ejercicio de la abogacía y, además de la medalla que le ha otorgado el Colegio de Abogados, valora el tiempo libre que va a tener a partir de ahora con el chollo que está punto de abrazar. Tras la última copa, Figuereo y sus acompañantes regresaron a su barco, fondeado en Caleta del Sebo, y regresaron a Lanzarote tan ricamente.

Mari Mar Julios, verso suelto

Mientras Coalición Canaria se congratula de conocer al Partido Popular y rehabilita ante el electorado canario a José Manuel Soria, la senadora de ese partido por Gran Canaria, María del Mar Julios, parece no haber escuchado bien ni la letra ni la música que sus compañeros tocan. O se hace la sorda. Este miércoles volvió a la carga contra el Gobierno del Partido Popular a cuenta de su cerrazón para la creación de un santuario de ballenas en las aguas orientales de Lanzarote y Fuerteventura, en clara sintonía con organizaciones ambientalistas como WWF que han recogido 50.000 firmas con ese propósito. Lejos de limitar su exigencia a ese clamor ciudadano, la senadora va un paso más allá en sus planteamientos y acusa directamente al Gobierno del PP de estar protegiendo los intereses de Repol en esas mismas aguas, con lo que la señora Julios entra de lleno en el terreno pantanoso del que es amo y señor José Manuel Soria, el ministro más aclamado y admirado por CC en esta nueva etapa del buen rollito. Para que no le reprochen nada, la astuta Julios recuerda urbi et orbi que la primera moción en favor de este santuario en el Senado no fue iniciativa suya sino del que hoy es consejero de Agricultura del Gobierno de Canarias, Narvay Quintero, que la registró en enero, cuando a nadie se le pasaba por la cabeza esta luna de miel tan empalagosa.

Incluido el obispo

Los intentos del Gobierno de Canarias de aplacar las ansias revanchistas del presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso, no han convencido a todas las fuerzas políticas del arco parlamentario. A lo que no contribuyeron desde luego las declaraciones hechas por Fernando Clavijo este miércoles en el foro de Editorial Prensa Canaria: “Yo creo que ha ganado el pueblo de Tenerife”, en referencia al “preacuerdo” alcanzado el día anterior entre la consejera de Obras Públicas y el presidente Alonso. Consciente de la estridencia y grandilocuente de su frase, Clavijo añadió de inmediato un matiz: “y si gana el pueblo de Tenerife, gana Canarias porque esto no es excluyente, esto no es un partido, por mucho que algunos se empeñen de que es unas islas contra otras”. Peor el remedio que la enfermedad. En los cuarteles generales de Nueva Canarias han analizado con lupa la sucesión de episodios y las frasecitas en cuestión y ya preparan una respuesta que podemos calificar de contundente: “Si no se restituye la normalidad, es decir, si no se devuelve al Gobierno de Canarias el liderazgo en la gestión del convenio de carreteras y todas las de la Comunidad Autónoma se hacen en ese marco, Gran Canaria hará lo mismo que Tenerife. Reuniremos a todas las fuerzas vivas, empresarios, sindicatos, profesionales, ayuntamientos… y hasta al obispo si hace falta para que acabe esta locura”. Y la locura no es otra que reclamar todas las islas juntas, con su Gobierno regional al frente, que el Estado reponga los casi 800 millones de euros en los que cifran los recortes propinados a Canarias en los convenios de carreteras. Porque es en ese hachazo del PP y no en la prioridad que pueda tener una u otra obra, donde está el quid de la cuestión, la razón de que haya 17 carreteras en marcha sin acabar y se paralicen proyectos como el del anillo insular. Porque si el dinero estuviera y se gestionara bien, que ésa es otra, no estaríamos hablando de estas pendejadas. Sin embargo, el desmarque de Alonso con la bendición del presidente Clavijo, no sólo desentierra el hacha de guerra de los demás cabildos, sino que fortalece al PP en su cerrazón inversora y lo deja marcharse de rositas.

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