Son esos elementos del navío (garfias, botavaras, mástiles, velas y barcas salvavidas) los que, al parecer, se guardaron en un almacén de Vías y Obras, y donde deben estar porque allí se dejó por orden suya, insiste Pacuco. Dice que no se le puede acusar de llevarse nada para un barco suyo, porque él no tiene barcos de madera, por lo que el material del San Miguel no puede aprovecharlo. Tenía los proyectos hechos para trasladarlo pero dejó de ser concejal y todo se paralizó, a pesar de que personal de la Fundación del Buque La Palma (no el correíllo, dice él) se había puesto a su disposición para ayudarle. Habría sido un un Récord Guinnes como el mayor barco sacado a tierra, “pero como fue idea mía, parece que a otros políticos no le gusta, en fin, para gustos colores”, se lamenta. Ese material y la confirmación de que el barco existe es lo que trata de acreditar el Ayuntamiento ante la jueza instructora. A ver si hay suerte.