La aparente solución dada por el PSOE a su eterna crisis tinerfeña se convertirá en problema más pronto que tarde. La amalgama de sensibilidades y de personalismos, el regreso de algunos malditos a la primera línea de fuego y la reconsideración en algunas plazas de los pactos con Coalición Canaria pueden debilitar considerablemente la postura socialista ante su socio regional. A la profunda e irresuelta crisis interna del PSOE tinerfeño se ha unido la repentina marcha de Julio Pérez de la política activa y de la primera tenencia de alcaldía en Santa Cruz. Pérez optó por su despacho y por los suculentos contratos que éste va a firmar en Europa y dejó desguarnecido uno de los principales flancos de su partido en la isla. Pérez era partidario de que le sustituyera al frente del grupo municipal Florentino Guzmán, que ahora se incorpora al Ayuntamiento, pero el grupo se reunió el lunes sigilosamente en casa de este dirigente y pactó una cosa muy distinta. El hombre fuerte socialista en Santa Cruz será José Ángel Martín, actual concejal de Urbanismo, uno de los socialistas peor vistos por el nacionalismo tinerfeño después de que fuera el principal promotor de la denuncia que originó el caso de Las Teresitas, el que ha acabado definitivamente con la carrera política de Miguel Zerolo y ha puesto en entredicho la credibilidad de una parte de los poderes fácticos tinerfeños. No, tampoco contribuye a dar estabilidad al pacto la elección de Martín, sin duda.