El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Las listas del PSOE, para la vieja guardia
No pierdan de vista el volcán en erupción en que se ha convertido el Partido Socialista Canario en El Hierro tras la crisis de La Frontera. Ya saben que tal crisis consistió en el intento –frustrado por la dirección socialista- de censurar a la alcaldesa de la localidad, la nacionalista Melissa Armas, por los feos comportamientos que su partido, la Agrupación Herreña Independiente (AHI), había manifestado tras las elecciones de mayo. Se resumen esos comportamientos en dejar fuera al PSOE en el Cabildo y en el Ayuntamiento de Valverde, capital de la isla. La fulminante expulsión de los tres concejales fronterizos acabó con la revuelta y, por lo que parece, con la presente etapa de la carrera política del secretario general insular, Alpidio Armas, que se inmoló este lunes al afirmar que daba de plazo hasta el viernes a su partido para readmitir a los expulsados, “o en caso contrario…” En caso contrario no hay caso, afirman desde el PSOE, porque las tres expulsiones fueron canceladas desde el momento en que retiraron la censura en el Ayuntamiento de La Frontera. Lo han cogido por la palabra y en el registro de entrada de los cuarteles generales socialistas esperan la llegada de la carta de dimisión para colocar una gestora en el PSOE de El Hierro y firmar con Coalición Canaria, en plan foto papal, un acuerdo que integre a los socialistas en Valverde, en el Cabildo y en La Frontera (en El Pinar hay mayoría absoluta del PSOE) y se pase página a este enésimo incidente del pacto regional de Gobierno. Pero cuando estaba en ebullición la cuestión herreña, salta a las redes sociales y a los grupos de WhatsApp la polémica acerca de la nominación de candidatos y candidatas a las elecciones generales del próximo mes de diciembre.
Más de lo mismo
Nada ha cambiado en el PSOE desde aquellos tiempos en los que la dirección federal se procuraba unas listas a las Cortes Generales en las que se apreciara quién mandaba en cada momento. Cada federación recibía entrañables encargos del perfil profesional y político que se demandaba, y cada dirección regional, previa consulta con los notables del lugar, componía unas listas que fortalecieran el liderazgo federal y la unidad del grupo parlamentario. Luego vinieron las primarias en plan cataclismo democrático, provocando éxitos tan ilusionantes como catastróficas pifias, y a las pruebas nos remitimos. Así que en función de cada coyuntura, el PSOE va sorteando como puede sus propias imposiciones estatutarias. Ahora toca confeccionar las listas para las elecciones generales de diciembre, y ya la tenemos armada otra vez, oye. Las asambleas en las agrupaciones locales no están siendo, a tenor de lo que dicen las actas, un dechado de participación y entusiasmo de las bases, y en algunos casos han arrojado unos resultados que no son los más deseados por el aparato. En Las Palmas, Chano Franquis ha conseguido imponer su influencia y, con toda probabilidad, encabezará la lista al Congreso. Su principal amenaza, José Miguel Pérez, ha decidido dejarle la pista libre por motivos tan personales como respetables que no habrán de suponer sin embargo que abandone la política nacional, en la que anda embarcado a través de sus responsabilidades como secretario de Educación de la Ejecutiva Federal. La segunda plaza estará reservada para la persona que proponga Nueva Canarias, sin que sea de aplicación en este caso el principio de cremallera por tratarse de un candidato ajeno al partido. El conflicto se ha abierto en el tercer puesto, que ha de ser ocupado necesariamente por una mujer. Dos de Gran Canaria, Guacimara Medina y Juana González, parecen haber obtenido similares resultados en las asambleas locales, y todo hace pensar que la dirección regional se inclinará por la primera de ellas, viceconsejera de Medio Ambiente en el último Gobierno canario. Juana González, tan activa como novel, se enfrenta a las peores circunstancias porque a la dura competencia que supone la ex alcaldesa de Artenara se une la presión que llega desde Lanzarote, que quiere esa tercera plaza para alguna de sus dirigentes (descarten que sea Loli Corujo, que sería incompatible).
Tino Guzmán contra Paco Spínola
En la provincia de Santa Cruz de Tenerife la cosa anda también muy disputada, pero en este caso en las alturas. El hombre de la Ejecutiva para encabezar la lista al Congreso es Paco Spínola, hasta el otro día consejero de Presidencia y miembro de la mesa que negoció el actual pacto de gobierno. Ya ha salido de foco para evitarse conflictos (entre otros, no quiere que le pregunten por el nombramiento de Lourdes Quesada como directora general de Justicia) pero ha hecho su postulación como candidato en aquellas agrupaciones donde ha detectado mayores desafectos. Frente a él se ha alzado un combativo (Florentino) Tino Guzmán, concejal en Santa Cruz de Tenerife, erigido, como Juana González en Gran Canaria, en representante de la renovación que se aglutinó en torno al movimiento Bases 2020. A pesar de obtener unos muy buenos resultados entre las bases, Guzmán se verá sometido a la imposición del aparato (el saliente y el entrante, José Miguel Pérez y Patricia Hernández, para que nos entendamos), que ya tenía el compromiso con Spínola. En la lista tinerfeña no habrá problemas con Nueva Canarias porque ha pedido los puestos cuarto o quinto, ni con el eterno Pepe Segura, que anunció hace tiempo que se retiraba, pero con la boca chica. Ni parece que haya dudas en qué mujer ha de ocupar la segunda plaza, Tamara Raya, concejala en el Puerto de la Cruz. Por lo tanto, bien haría Tino Guzmán en trabajarse esa tercera plaza para evitar que le apliquen el muy tradicional y muy puñetero rodillo socialista. Al Senado por Tenerife cuentan con muchos apoyos Olivia Delgado, ex alcaldesa de Arico, y Jonay Rodríguez, ex secretario general de Juventudes Socialistas. Y en Gran Canaria todo parece indicar que Arcadio Díaz Tejera no optará al Senado al no haber obtenido apoyos de las bases. En su lugar es muy probable que opte al acta el alcalde de Ingenio, Juan Díaz. Todo queda supeditado a la Ejecutiva Regional de este viernes que, en base a las propuestas recabadas, elevará las listas al Comité Regional del sábado. El máximo órgano entre congresos sólo podrá votar sí o abstención, y con ese bagaje, las candidaturas del PSOE canario llegarán a la comisión federal de listas que tendrá la última palabra.
Patricia recibe con resignación
Fernando Clavijo es todavía un político en proceso de maduración. Su amplia trayectoria en el municipalismo le ha curtido como una persona con capacidad para las relaciones personales, la negociación y para las decisiones ejecutivas, todas ellas cualidades muy alejadas de las que ha de poseer un buen orador parlamentario. Esas cualidades empiezan, naturalmente, por la capacidad para expresarse correctamente, sin patear el diccionario ni las normas gramaticales básicas. El Parlamento recién constituido está plagado de auténticos indocumentados e indocumentadas que ni saben expresarse ni saben lo que dicen. Y lo que es peor, parece no importarles un carajo. No es el caso del presidente Clavijo, que maneja unos cuantos registros de manera correcta y no llama especialmente la atención ni para bien ni para mal por sus habilidades dialécticas. Otra cualidad que en este caso sí le falla todavía al presidente es el de la sutileza. Este martes demostró sus amplias carencias en este campo al pretender contestar a Román Rodríguez a una pregunta parlamentaria referida a la negociación del Estatuto de Autonomía (y todo lo que de él cuelga). Ya saben ustedes que Rodríguez y Nueva Canarias se han convertido en la bestia parda de Coalición Canaria después de haber decidido abandonar la alianza electoral que celebraron para las últimas elecciones generales. Y cada vez que pueden, los de CC le cascan de lo lindo acerca del abandono de los principios nacionalistas por parte de Román y de su incursión en lo que llaman la deriva Bandrés, es decir, la disolución de Euskadiko Ezquerra dentro del Partido Socialista de Euskadi. Pero para afearle esa deriva, al presidente Clavijo no se le ocurrió cosa mejor que reprocharle que haya suscrito un acuerdo con “un partido que no defiende los intereses de Canarias”, como es el PSOE. A su lado, una circunspecta Patricia Hernández, su vicepresidenta, aspirante a secretaria general de los socialistas canarios, aguantaba el tipo sin soltar esa sonrisa amplia que gasta en las grandes ocasiones pero sin refunfuñarse para que no pareciera que se daba por aludida.
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