Desgraciadamente, Blas Acosta ha pasado a la condición de uno más del montón después de demostrar en público (con lo que eso avergüenza) que es un líder con pies de barro. Sólo obtuvo unos resultados aceptables en Pájara, pero en el resto de Fuerteventura, especialmente en el Cabildo, a donde acudía como indiscutible presidente, se metió un toletazo inmisericorde. Ahora necesita retomar aquellas relaciones con el marqués y tocar algo más de poder en la isla, especialmente en el Cabildo, porque es de los que piensa (erróneamente, para nuestro gusto) que tener poder local puede influir en la decisión del juez de Puerto del Rosario que en estos momentos estudia la pieza separada remitida por el juez Javier García, del 3 de Telde, sobre el caso Faycán, derivación Grupo Europa.