Nunca es oportuna una sentencia contraria que suponga desembolso económico, pero si se presenta en una coyuntura negativa, parece hasta una maldición. A Jaime Cortezo le llega esta resolución, por lo demás bastante razonable, en el peor momento de su atolondrada carrera como empresario y como acusado. La crisis económica, que se ha cebado especialmente en el sector inmobiliario, lo acabó llevando al límite del abismo, y si es cierta su autodeclaración de insolvencia, la caída habrá debido ser apoteósica. El juicio penal por el que habrá de responder por las querellas de los vecinos de Hoya Pozuelo, cuya fecha vuelve a estar pendiente de ser fijada, se complica con esta sentencia, y solo una interpretación muy favorable de la tesis de que los afectados debieron enterarse por la prensa y no por los juzgados de la situación de interinidad de las viviendas lo puede salvar de una condena a prisión. Las indemnizaciones que se le reclaman, para colmo, superan los cinco millones de euros, y su ejecución se puede llevar por delante señeros patrimonios y hasta frecuencias de radio. Sí, las 32 frecuencias de radio obtenidas por Cortezo en el polémico concurso podrían estar en el meollo de este pleito si los vecinos terminan ganándolo. De momento las gestiona el empresario, que se las va sacudiendo de encima por lotes para evitar tener que devolverlas al Gobierno ante la evidencia de que no podrá desarrollar el proyecto gracias al cual las obtuvo. Cosa distinta será que pase el tamiz de la inspección su acuerdo con EsRadio en Tenerife, y los incumplimientos que se ciernen sobre la inmensa mayoría de los centros emisores comprometidos. Como no se den prisa los vecinos (y la justicia) antes se queda Martín Marrero con las 32 frecuencias para repartirlas y restañar heridas por aquí y por allá, que presenciemos el regreso de la gran Lali Sánchez, una de las damnificadas, a las ondas. Y hablando de históricos, no desprecien la posibilidad de que por los alrededores de este culebrón aparezca la esbelta silueta de Julio Bonis, denunciado por los vecinos por falso testimonio al haber declarado al revés del pepino en favor de su compadre Jaime Cortezo. Una de las afectadas le grabó confesando que lo hizo porque quien tiene un amigo tiene un tesoro. O lo tuvo en su momento. El tesoro. Y el amigo. Pues eso.