Tras el visionado profesional del vídeo se ha descubierto que esas imágenes en realidad corresponden a una playa de La Gomera, la de Tapahuga, en San Sebastián, una isla que también tiene derecho a salir en los vídeos promocionales de Canarias. Pero los servicios de agitación y propaganda de los Bravo pusieron el grito en el cielo de inmediato, cuchichearon al oído del político el hallazgo, se inventaron que era la playa de Taliarte, o en su defecto, la de Veneguera, y montaron el correspondiente salpafuera haciendo creer a los medios de comunicación que se trataba de otra ofensa de Paulino Rivero a los sufridos grancanarios. Un periodista pagado por el Cabildo preguntó a Bravo de Laguna ante las cámaras de una agencia de noticias, también pagada por el Cabildo, por el vídeo en cuestión, de manera que el presidente se explayara para, acto seguido, difundir las declaraciones urbi et orbi y provocar otro escándalo artificial, otra engañifa en la que muchos picaron. Una mentira imperdonable que debería obligar al presidente del Cabildo a hacer públicas sus disculpas y retirar sus desmanes.