No tiene mucha suerte el Partido Popular cuando de piscinas se trata. De piscinas públicas, matizamos, que de las suyas particulares de ellos desconocemos su buen o mal funcionamiento. Ni nos interesa. Ya conocen ustedes las calamidades que han sufrido instalaciones como la de la Ciudad Deportiva Gran Canaria o la del Centro Insular de Deportes, ambas dependientes del Cabildo grancanario. Pero sumen a ellas ahora la gestión de la piscina del complejo Paco Artiles, de Telde, donde han tenido un mes de noviembre verdaderamente desconcertante para los usuarios. Gracias a Nueva Canarias, sector juvenil, tenemos incluso el calendario de desastres. Así, el 14 de noviembre hubo problemas con la electricidad. La Luz se iba y se venía, hasta que no volvió más. El agua, claro, iba bajando paulatinamente de temperatura. Dos días más tarde el agua tenía una concentración de cloro del 88%, muy por encima del 33% recomendable. El 23 de noviembre, ante la situación de insalubridad detectada, el médico responsable de Salud Pública de la Concejalía de Sanidad decretó el cierre temporal de la piscina. Un desastre que sólo perjudica a los de siempre, los usuarios, que en Telde ya están absolutamente desquiciados con lo que ocurre.