No conocemos, por mecánica protocolaria monclovita, la versión que de la reunión pueda ofrecer al mundo Mariano Rajoy. Si ya cuesta que se pronuncie sobre asuntos que atañen a toda España, difícilmente iba a hacer una excepción con esta humilde ultraperiferia. Pero ateniéndonos a lo contado por Paulino Rivero, que no tiene fama de mentir (que sepamos) el presidente de España se tomó con interés algunas cuestiones planteadas antes de llegar a las más espinosas. Por ejemplo, anunció al presidente canario que habrá un nuevo modelo de financiación (lo piden muchas autonomías del PP, conste), y se interesó por los mecanismos que Canarias ha puesto en marcha para reactivar el sector de la construcción mediante las medidas de modernización de la planta y las infraestructuras turísticas. Un modelo este que, de ser cierto lo que anuncia Soria, será recurrido por Madrid por el empeño del Gobierno canario de permitir solo hoteles de cuatro estrellas que provengan de la rehabilitación de establecimientos de inferior categoría. Ya veremos si es verdad eso que dice nuestra joya de ministro de que Rajoy le consulta todo lo de las Islas antes de pronunciarse, porque un recurso de inconstitucionalidad contra esa ley contravendría algunas cosas dichas en la reunión de este miércoles en La Moncloa. Por lo demás, Rivero planteó a Rajoy el rechazo de su Gobierno a la privatización de Aena, es decir, a que Canarias no participe en la cogestión de los aeropuertos más rentables de España. Del mismo modo que le manifestó la oposición canaria a las prospecciones petrolíferas por contravenir el modelo económico que, por lo que parece, va a batir récords históricos este recién acabado 2013 y, en gran medida, ha impedido que el impacto de la crisis y de los recortes sociales de don Mariano hayan sido más dramáticos en estos peñascos archipielágicos.