Si no fuera por el charco en el que anda enfangado el Partido Popular, con sus correspondientes consecuencias y ramificaciones en las distintas delegaciones regionales, este reinicio de curso político sería más de lo mismo. Nada ha cambiado desde julio hasta este tórrido principio de septiembre, salvo la caja de sorpresas (o bomba de relojería) en que se ha convertido desde que lo encarcelaron el tal Luis el cabrón, también conocido como Bárcenas. La crisis del PP ha desbaratado algunos planes que el pánfilo Mariano Rajoy (“Luis, nada es fácil, pero hacemos lo que podemos. Ánimo”) que directamente o de carambola podrían haber afectado al PP canario, y particularmente a su líder indiscutible, José Manuel Soria. La anunciada crisis de gobierno que el presidente Rajoy parece haber pospuesto, colocaba al ministro de Industria entre los trasladables, en este caso a Canarias, a donde supuestamente iba a volver para preparar primero las elecciones europeas de 2014 y remontar el desastre electoral en que se encuentra el partido para pillar cacho en 2015. Pero no, de momento (y sin que nadie sea capaz de afirmarlo rotundamente), Soria se queda en el ministerio haciendo las barbaridades que está haciendo con todos los sectores en los que es competente (es un decir), excepto con el petrolífero, que está a punto de proponerlo para el Nobel de Economía. Lo que sí parece habérsele desbaratado al presidente del PP canario es su pretensión de ser cabeza de lista del PP al Parlamento Europeo, una vocación que reafirmaría las tesis de los que dicen que emula -aun odiándolo- al socialista Juan Fernando López Aguilar, jefe de los socialistas españoles en la Eurocámara. Soria quiere ser comisario europeo, y muy particularmente el comisario europeo que sustituya a Joaquín Almunia. Pero para tal destino bruselense, Rajoy ha pensado en Miguel Arias Cañete, el titular de Agricultura y Medio Ambiente, y de un buen paquete de acciones de petroleras (mira tú qué casualidades). Cañete es el ministro menos desgastado del Gobierno y también quiere ser comisario europeo, lo que reporta sueldazo, dietas y viajes menos contestados que los que se pagan en España.