Pero siendo lo peor en la vertiente internacional y diplomática el patinazo de nuestro Gobierno, el ridículo doméstico ha estado en que esa primera grave consecuencia anunciada tras el Consejo de Ministros del viernes no es obra de la perspicacia natural y la capacidad estratégica de nuestro José Manuel Soria, sino nada menos que del ex vicepresidente tercero del Ejecutivo de Zapatero, el malvado Manuel Chaves. Lo refleja sin ningún génereo de duda el Boletín Oficial del Estado del sábado, que en su página 30993, dice textualmente: “En su virtud, con la aprobación previa del Vicepresidente Tercero del Gobierno y Ministro de Política Territorial y Administración Pública, de acuerdo con el Consejo de Estado, dispongo”? a lo que sigue toda la retahíla de artículos de las famosas represalias. Se trata de una decisión que el Gobierno socialista aparcó en su momento por presiones de la presidenta argentina, llegadas a La Moncloa por la vía de la todopoderosa Repsol, que ahora quiere que se le vengue la ofensa. Empieza a ser verdaderamente patético ver a un Gobierno como el nuestro partiéndose la cara por una multinacional en todos los foros mundiales y no conseguir una mínima ventaja que saque al pueblo español de la espiral de desastre en la que andamos metidos. Y ridículo que las graves consecuencias que prometió Soria sean diseño del anterior gobierno socialista.