En unas declaraciones a Radio Galicia, el presidente del PP esquivó una pregunta formulada de manera muy directa y muy concreta: “Señor Rajoy: ¿Hay escuchas ilegales en España?” Balbuceando, a mitad de la escalera del cuento gallego, apartando la mirada de su interlocutor, el entrevistado dijo: “Buenooooo, lo que hay es un trato diferente a distintos grupos políticos”. Y situó estos malos tratos hacia el PP en la Policía y en la Fiscalía, retomando la vieja majadería de los detenidos del PP que aparecen esposados ante las cámaras de televisión. A nosotros, de común quisquillosos, nos gustaría saber si el señor Rajoy está totalmente seguro de querer un trato igualitario para todos sus presuntos delincuentes con relación a los demás presuntos delincuentes. Porque de ser así, tenemos un rosario de agravios que lo harían arrepentirse de esa doctrina tan insostenible. Salvo, claro, que lo que realmente esté pidiendo sea que no le detengan a ninguno más, y que en el caso de alguna sospecha, los jueces queden con ellos a tomar un cafelito y se despidan intercambiándose metopas.