A Manolo Artiles, que respira (y come) gracias a Paulino Rivero y a los incongruentes contratos que le hace la tele autonómica, le dio un sofoco cuando escuchó la dura acusación vertida contra el presidente por Fernández del Torco. El comunicador de Agüimes residenciado en Tacoronte tuvo que abanicarse con el primer papel que encontró a mano, y acto seguido le entraron las prisas para despedir el programa. Los otros contertulios, que acreditan profesionalidad, empezaron a curiosear. No preguntaron -discretitos ellos- cómo se obtuvo la transcripción, y quedaron a echarse una tapita en el lugar más cercano, dado lo avanzado de la noche. Fernández del Torco guardó el papel en la camisa y no añadió más datos. Suponemos que del plató de Mírame, el señor Fernández del Torco habrá acudido a la Sala de lo Civil y Penal del TSJC, donde, con un poco de suerte, abren diligencias. Aunque todo puede quedar en una serpiente de verano que sólo perjudique a la sobrina enchufada, a la que podrán recolocar luego en la Guanchancha. Que ya se sabe, Canarias un sólo pueblo, y a tí te encontré en la calle.