Como le ha ocurido a todo el que ha conocido este descarado pelotazo, consistente en cambiar la biblioteca del Woermann por 26 chalets en Tafira-El Monte y tiro porque me toca, a los vecinos también les preocupa el efecto especulativo. Pero añaden otros elementos que hay que tener en cuenta. La parcela en cuestión linda con al menos veinte familias, que temen que la estrechez de la pieza y la composición volcánica del suelo (picón suelto) les pueda afectar también en la seguridad de sus viviendas. También añaden a las protestas que piensan canalizar el abandono que está sufriendo (y lo que te rondaré) el espacio de protección ambiental de la montaña contigua, la montaña de Los Lentiscos, 6.000 metros cuadrados cada vez más deteriorados por la desidia pública y con material natural endémico.