El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Willy King, endemoniado tras su reprobación
Guillermo Reyes es una vergüenza para la política canaria y un auténtico destrozo para la ciudad de Telde. Lo ha demostrado reiteradamente desde que logró por primera vez un puesto en el Ayuntamiento de esa ciudad en 2003 aprovechando el marasmo político que vivía esa ciudad y gracias a un discurso populista amplificado por una televisión por cable ilegal que le hizo famoso en el populoso polígono de Jinámar. Desde entonces ha logrado mantenerse a flote gracias a una utilización perversa y sucia del poder, valiéndose de funcionarios y de jueces; de guardias civiles y de periodistas corruptos; de asesores vendidos y de socios políticos con escasísimos escrúpulos y demasiada hambre de poder. Sus trapisondas se cuentan por decenas y el único mérito que hay que reconocerle es haberse podido ir siempre de rositas gracias a que es más listo que los tontos útiles que coloca como escudos humanos. Hasta el pasado viernes, cuando se llevó el primer toletazo de consideración de su carrera política: todas las fuerzas políticas de Telde se pusieron de acuerdo discretamente para llevar al pleno de la Corporación una moción de Nueva Canarias en la que se le reprobaba severamente por utilizar de modo torcido la justicia para cargarse a sus adversarios políticos. La moción, aprobada por mayoría con el único voto contrario de su grupo, es la primera respuesta política a la sentencia absolutoria al ex concejal Ildefonso Jiménez, condenado en primera instancia por un caso ideado en la factoría Reyes, manipulado hasta los máximos límites de la grosería y con falsificaciones documentales pendientes de juzgar en la jurisdicción penal. Telde asistió este viernes al que pudiera ser el primer capítulo de una nueva historia de la ciudad. Solo falta ahora que los ciudadanos le den la espalda y no voten a este impresentable. Aunque se presente.
Así se la prepararon a Reyes
La moción de Nueva Canarias se venía fraguando desde que se conoció la sentencia absolutoria a Ildefonso Ramírez. Descartada motu proprio su vuelta a la política, y conocido su deseo de no pedir la dimisión de Reyes, Ildefonso Jiménez no avanzó a la prensa entonces cuáles serían los pasos a dar para cobrarse las cuentas pendientes. Lo deben haber madurado con calma y esta moción de reprobación parece tener esa cualidad del plato frío en el que debe irse sirviendo la venganza pasito a pasito. Entre la portavoz de Nueva Canarias, Carmen Hernández, y el primer teniente de alcalde y líder local de Coalición Canaria, Pablo Rodríguez, se pactaron los términos de la moción. Al equipo se incorporó Sonsoles Martín, del PP, y entre todos se ocuparon de amarrar los votos necesarios para que la iniciativa no necesitara ni siquiera debate. Y así fue: Carmen Hernández leyó el texto de la moción, que se votó ante la indignación indisimulada de Guillermo Reyes, que ni siquiera contó para la ocasión con el voto de su hermano Carmelo, que se había ausentado un rato antes ignorando lo que se cocía. La moción cogió con el paso cambiado a Willy King, que apenas se defendió, aunque repartió a diestro y siniestro improperios al percatarse de que en su figura se hacía bueno el puñetero refrán castellano que dice que el cabrón es el último en enterarse de los cuernos. Dicho sea, claro está, en el contexto puramente político.
A Artiles se le pinchó una rueda
Todos menos los concejales de Ciuca conocían que la moción se iba a votar y que habría práctica unanimidad. Lo sabía incluso el concejal del PP Fran López, el único que por su vieja vinculación a José Luis Mena, el lazarillo de Reyes, podía haberse ido de la lengua. Para evitarlo, dejaron el recado para el último momento: López fue informado solo media hora antes del pleno, pero sin pedirle su opinión ni mostrarle el carácter extraordinario de la iniciativa. Y no se chivó. Tampoco fue indiscreto Juan Francisco Artiles, el líder de la pequeña formación Más Por Telde, últimamente escorado hacia Guillermo Reyes. Artiles lo sabía desde la noche anterior pero no dijo a sus interlocutores que fuera a buscarse una coartada para no estar en el pleno. Y la que se encontró no podía haber sido más infantil: su coche sufrió un pinchazo a las nueve de la mañana, camino del pleno. La cosa debió ser grave porque por el Ayuntamiento no apareció en ningún momento, y eso que el pleno se prolongó hasta casi las tres de la tarde, con esa moción en el minuto noventa, casi en el descuento del partido.
Demasiado cercano a Reyes
Quizás fuera ese desmarque de Juan Francisco Artiles la segunda noticia política de interés tras el pleno. Y no porque su voto fuera necesario, sino por lo simbólico de su ausencia. Al líder de Más Por Telde hace mucho tiempo que se le vincula muy estrechamente a Guillermo Reyes. Con él pactó una candidatura a dirigir la sociedad socio-cultural La Fraternidad de Telde, con un resultado nada exitoso. En el Ayuntamiento llaman mucho la atención el tono y los contenidos de la oposición que ejerce Artiles, que ha pasado de ser un concejal tranquilo pero combativo a un transmisor de los viejos giros idiomáticos del líder de Ciuca. La prueba del nueve de su confluencia con Guillermo Reyes está en Radio Basura, la emisora que dirige el comunicador Carmelo Martín, denunciado reiteradamente por presionar a políticos y anunciantes hasta la extorsión misma, y por su facilidad para el insulto al desafecto al Reyenato.
Paquita Luengo, con la escopeta cargada
Este lunes habrá cumbre energética en Madrid. O minicumbre, como quieran. Hasta la sede del Ministerio de Industria, Energía y Turismo se desplazará la consejera canaria de Empleo, Industria y Comercio, Paquita Luengo, que en una nota de prensa emitida este fin de semana anunció que va a cantarle las cuarenta al secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal. Nadal pasa por ser el hombre de FAES en el ministerio de José Manuel Soria, y por lo tanto el autor de muchas acciones relacionadas con las eléctricas que el ministro ha asumido, ejecutado y defendido con el éxito mediático y social por todos conocido. Ante el olímpico desprecio con el que el ministro canario se ha despachado los asuntos de Canarias, cabe confiar en que el secretario de Estado pueda mover algún resorte. Por el contenido de la nota, no parece que Luengo se vaya a dejar nada en el tintero: retraso en la implantación de las renovables en las islas; infraestructuras energéticas que garanticen el suministro (Fuerteventura, básicamente); interconexiones y bombeos (presa Chira-Soria); autoconsumo, que para eso tenemos energía propia de sobra; compatibilidad de los campos eólicos con los aeropuertos (problemas con Aena en Arinaga)... Todo ello adobado con los injustificables retrasos en decretos anunciados desde 2012 (prima para el desarrollo de las renovables) y la falta de respuesta a todos estos asuntos reiteradamente planteados. Canarias tiene la posibilidad de abastecerse de energía más barata y más limpia, de contribuir en su proporción a la solución al manido déficit tarifario, pero debe ser que estas cosas al ministro no le interesan en estos momentos tan petroleros.
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