Así amenaza el cambio climático a las joyas naturales de Lanzarote

Isla de La Graciosa desde el Mirador de El Río. Martin M.

Natalia G. Vargas

Arrecife —

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Sol, playa, zonas verdes, volcánicas y faraónicos escenarios construidos por la naturaleza. El turismo admira y busca los espacios vírgenes que caracterizan a Canarias, pero los pone en peligro. En el caso de Lanzarote, esta actividad alimenta buena parte de la economía total de la Isla. La gran afluencia de visitantes a los centros de Arte, Cultura y Turismo exige que estos espacios estén preparados para mitigar la huella medioambiental de las 1.671.747 personas que han recibido en lo que va de año y de la inminente emergencia climática que amenaza al Archipiélago en su conjunto. Con el propósito de detectar las vulnerabilidades de los nueve puntos más significativos del turismo conejero ante estos riesgos, el ambientalista Ezequiel Navío ha elaborado un diagnóstico para el Cabildo insular que permita encontrar medidas dirigidas a paliar el rastro insostenible que deja el turismo y convertir estos lugares en trincheras imbatibles ante los fenómenos meteorológicos adversos intensificados por el cambio climático.

El análisis evidencia algunas carencias comunes en la mayoría de los centros de arte conejeros: la prevalencia de los sistemas de iluminación halógenos frente a los Led, insuficiente gestión de los residuos generados por los visitantes y desinformación sobre la magnitud de la huella de carbono de los productos comercializados que se importan desde el extranjero frente a los artículos locales. Asimismo, el informe revela que tanto el viento fuerte como la subida del nivel del mar son los dos grandes enemigos de estos espacios, pudiendo generar desprendimientos e inundaciones.

Proteger de las lluvias torrenciales a la Cueva de los Verdes. Tras ser utilizada como escondite de la población frente a los ataques e invasiones de los piratas del norte de África durante los siglos XVI y XVII, la Cueva de los Verdes recibe una amenaza mayor: los fenómenos meteorológicos adversos. Para ello, debe canalizar los desniveles para evitar la inundación en caso de lluvias torrenciales y reforzar la sujeción de paneles y espacios para evitar desprendimientos en caso de vientos intensos.

Riesgos de inundación en los Jameos del Agua. El hogar de los cangrejos ciegos de Lanzarote tampoco es inmune al cambio climático. El incremento del nivel del mar ha hecho que la pasarela que recorre lateralmente el espacio y permite atravesarlo haya pasado de inundarse una vez al año a inundarse una vez cada dos meses en los últimos cuarenta años. Asimismo, los vientos de alta intensidad ya han provocado incidentes ante la susceptibilidad de impacto de los toldos que cubren el Jameo.

El Castillo de San José, el fuerte de Lanzarote. El Museo Internacional de Arte Contemporáneo de Arrecife fue un punto crucial para la defensa de la actual capital entre 1776 y 1779. Fue diseñado para ofrecer protección, y hoy su diseño vuelve a protegerlo del clima. Su elevada situación permite que el incremento del nivel del mar no le afecte. Además, según el informe, la gestión de residuos tanto del personal como de los visitantes es adecuado. Sin embargo, con el fin de reducir la venta de productos importados con una gran huella de carbono y fomentar el comercio local, el análisis recomienda reflejar en la guía de artículos en venta la mayor sostenibilidad de aquellos que se fabrican en la Isla.

La Casa Amarilla, espacio para las renovables. La antigua sede del Cabildo de Lanzarote, declarada Bien de Interés Cultural en 2002, tiene en su extensa azotea un espacio perfecto para instalar placas solares fotovoltaicas que podrían abastecer de energía al edificio. Por otra parte, la climatización de las instalaciones no es la adecuada. “El personal experimenta calor en verano y frío en invierno” ante la falta de climatización en las instalaciones del centro y el material de las ventanas, que no aíslan en temperatura ni en acústica.

El Museo Arqueológico de Lanzarote, luces encendidas 24 horas. El Museo que traslada a los orígenes del pueblo conejero suspende en ahorro energético. A diferencia de la iluminación del centro de arte, la zona del despacho y el comedor del personal, que opera con dos fluorescentes antiguos, permanece las 24 horas con la luz encendida al estar ubicados en un sótano. Sustituirlos por lámparas Led que se activen por sensor es una de las medidas que propone el diagnóstico.

El Jardín de Cactus, los riesgos de un espacio al aire libre. César Manrique en su última creación hizo de extensas superficies de rofe un hogar para 450 especies de cactus de todo el mundo. Sin embargo, la zona está expuesta de forma directa a las lluvias torrenciales y al viento. En el primer caso, pueden darse inundaciones, un desastre que puede ser mitigado con un sencillo sistema de canalización de agua. En el segundo, los cactus de alto porte “pueden ceder”. El análisis recomienda intervenir sobre las plantas más vulnerables, “podando las partes más susceptibles de desprendimiento, ubicando mallas exteriores sin provocar impacto visual o estético en el Jardín” que permitan retener las púas que se desprenden de estas plantas con el viento.

El viento, enemigo del Mirador del Río. Ubicado en las alturas del Risco de Famara, el mirador permite ver el “río” que separa Lanzarote de La Graciosa a través de inmensos ventanales. El informe recomienda valorar la instalación de materiales más resistentes que eviten que el viento quiebre las cristaleras. La zona del mirador es frecuentada también por pilotos de ala delta. Para evitar incidentes, el diagnóstico insiste en que se suspenda esta actividad en jornadas de rachas fuertes. Por otra parte, pese a que en el interior de este espacio ideado por el artista lanzaroteño César Manrique está prohibido fumar, en el exterior no, con el consecuente esparcimiento de colillas y cenizas que el aire favorece. La sustitución de cañitas de plástico por otros materiales, reemplazar los electrodomésticos por otros de menor consumo o cambiar los paneles de papel por digitales también son propuestas que deberá tomar el Mirador para reducir su impacto medioambiental.

El agua que se cuela en el Monumento del Campesino. En caso de lluvias de gran intensidad, el agua puede acceder al interior de algunas zonas del centro por filtración, que puede paliarse revisando el estado de las pérgolas y con un sistema de canalización eficiente.

La separación de residuos, pendiente en las Montañas del Fuego. La basura generada por los 2.500 visitantes diarios que de media recibe el Parque Nacional se depositan en un mismo contenedor. Además, otro de los riesgos del espacio único producto de la serie de erupciones volcánicas del Timanfaya en el siglo XVIII, son las lluvias de gran intensidad, que pueden entrar en las aberturas que existen en el centro y que además pueden provocar roturas en cristales.

Los retos que plantea el turismo sostenible, además de ser un desafío para la administración, exige también compromiso de la población local, que debe proteger su tierra dentro y fuera de los Centros de Arte. Asimismo, Lanzarote suma otra tarea: sextuplicar la energía producida con fuentes renovables. En 2017 la media se situó en un 3,8%, y para cumplir con los objetivos planteados por la Unión Europea, el próximo año deberá ascender al 20%.

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