Alterio y Sacristán plantan cara a la muerte en su debut como pareja teatral

Cada uno atesora más de siete décadas de periplo vital y un impresionante currículum como actores de cine y teatro. Habían coincidido en la gran pantalla pero el azar nunca los había puesto juntos encima de un escenario. Héctor Alterio y José Sacristán debutan como pareja en esta imprescindible Dos menos, una cita con el teatro en mayúsculas que supondrá uno de los puntos culminantes de la temporada teatral del mejor escenario de Canarias.

La expectación es grande y ya se ha vendido más del 75% del papel de una obra que amenaza con colgar en los próximos días el cartel de no hay billetes. Los buenos aficionados al teatro deben, pues, darse prisa para no perder la oportunidad de disfrutar con la maestría de dos monstruos de la interpretación que se atreven, en esta obra del francés Samuel Benchetrit, a plantarle cara a la mismísima muerte, ya que ya se ha retirado más del 75% del aforo del teatro de la calle Viera y Clavijo. Las entradas aún están a la venta en las taquillas del propio Cuyás, en su página web (www.teatrocuyas.com) y en el teléfono 902 405 504.

La trama es, por sí sola, todo un caramelo teatral para dos bestias de la escena y un reclamo ineludible para todos los amantes del teatro con mayúsculas. En la sala de un hospital ingresan a dos hombres mayores que están inconscientes. No se conocen de nada. A los pocos minutos de volver en sí, el equipo médico del hospital les comunica que sus respectivas enfermedades están en fase terminal y que les queda muy poco tiempo de vida. Éste es el punto de partida de Dos Menos y el inicio de un amistoso duelo interpretativo entre dos de los actores más notables del mundo de habla hispana. La obra cuenta con la dirección de Óscar Martínez, que ha sabido, según comentan las crónicas, sacar partido al magnífico texto firmado por Benchetrit.

Ante la noticia de un óbito próximo caben dos opciones. O conformarse con una muerte oscura y anodina o enfrentarse a los pocos días que aún quedan por vivir y vivirlos con entereza y valentía. La noticia es el desencadenante de un viaje en el que se hace examen del sentido de la existencia y se valoran los pilares de este invento de alguien o algo que se llama humanidad; amor, amistad, paternidad, sentimientos. Los dos protagonistas hacen un examen exhaustivo a sus vidas obligando al espectador a reflexionar sobre si, de verdad, está sacando provecho a estos días que la providencia nos regala.

Una obra que tiene el decorado condicionado por la muerte se convierte, así, en todo un canto a la vida. Es un salto al vacío el que realiza el autor, pues su punto de partida es la muerte y desde ahí, aborda el texto jugando con esa idea hasta convertirla en una comedia dramática, divertida y a la vez conmovedora, apunta Óscar Martínez, actor y dramaturgo argentino encargado de la dirección del montaje que, durante un año, ha arrasado en los escenarios argentinos. “Alterio y Sacristán encarnan a dos personas mayores que despiertan en una sala de un hospital para ser informados de que les queda muy poco tiempo de vida. Pronto inician su fuga que, tal y como ha indicado Martínez, es más un viaje interior, un regreso a los sentimientos más preciados del ser humano como el amor, la amistad, la paternidad así como al miedo a la soledad, a la vida y a la muerte”.

“Es un viaje definitivo para los dos personajes, pero más allá de lo que significa la muerte, los dos se encaminan a un viaje interior que es mucho más importante que esa misma muerte”, ha señalado Alterio quien, a pesar de lo truculento de la trama, señala que esta obra que arrasó en Buenos Aires y a Madrid es muy optimista. Es una comedia dramática cuyo alcance depende de la perceptibilidad del espectador, comenta el veterano actor argentino. Es una irreverencia ante un estado terminal.

“Uno tiende a hacer una tesis de este tema y el autor ha optado por enfrentarse al tema a través del humor. Pero un humor tremendamente respetuoso”, comenta el actor iberoamericano. “Y ternura, que es el otro gran pilar que une a dos pobres diablos”, señala por su parte Sacristán. “La función da para que el espectador saque sus propias conclusiones y por eso acometemos este viaje divertido hacia el interior de nosotros mismos, añade. Un viaje que afronta que esto de la vida siempre acaba de la misma manera. El humor es la mejor terapia para todo y por eso tenemos esa capacidad para reírnos de nosotros mismos”, comenta el intérprete español.

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