Andrés Neuman: “Hemos expulsado la muerte de casa, pero entra por la ventana y no sabemos qué hacer con ella”

MADRID, 4 (EUROPA PRESS)

Para el escritor Andrés Neuman, sea por su presencia o por su ausencia, el cuerpo siempre es motivo de “conflicto” cuando, sin embargo, se trata de una experiencia “íntima y compartida por todo el mundo”. El autor publica 'Hablar solos'(Alfaguara), una reflexión sobre el pudor de la muerte y el duelo a través de un relato coral.

Esta historia llega al lector a través de tres aventuras paralelas: la de Mario y Lito, padre e hijo de diez años, que marchan de viaje en un camión, y la de Elena, esposa y madre. Tres circunstancias que se tejen a través de sus voces solitarias. Por un lado, la de Mario, que repasa su vida y describe cómo vive desde la cama del hospital la certeza de su muerte; la divertida perspectiva de Lito y el intento desesperado de Elena por superar la realidad.

“Hemos expulsado la muerte de casa, pero entra por la ventana y no sabemos qué hacer con ella”, ha manifestado Neuman este jueves en declaraciones a Europa Press. Por ello, esta novela es un intento por superar ese silencio omnipresente en la sociedad porque, tal y como ha señalado, “casi toda la humanidad estará en la situación de cuidar a un ser querido y hablamos poco de este tema”.

'Hablar solos' comenzó como un cuento en el que tan solo estaban presentes las voces del padre y del hijo. Nunca lo publicó, quizás porque lo mejor de la novela estaba omitido: la voz de Elena. “A quien quería conocer era a Penélope, más que a Ulises”, apunta. Su voz, silenciada durante tanto tiempo, pronto “se comió la novela”.

Neuman indaga en el personaje y construye su mundo a través de su propia experiencia, la del cuidador, una posición que él mismo vivió hasta la muerte de su madre. Desde esta perspectiva, el escritor habla de la negación del dolor, la infantilización y la idea superficial del placer, que se manifiesta como una “protesta ante el dolor”.

“EL DOLOR NO ES UN MÉRITO”

El autor de este libro confiesa que necesitaba hablar sobre la perdida de su madre y la experiencia “radicalmente desoladora” que supuso cuidarla. A pesar de ello y de sentirse “muy advertido ante la fragilidad de los seres queridos” y de lo cerca que estamos todos de la muerte, matiza que no quería limitarse a un lamento en “términos personales”.

En este sentido, afirma que no quería “para nada” que esta novela se convirtiera en un “libro lacrimógeno” con el que chantajear al lector con la experiencia dolorosa del autor. “Es algo que como lector me molesta, porque el dolor no es nunca un mérito, es algo inevitable”, precisa.

La ficción sirve para “salir del dolor de uno y conectarse con el del otro”. En este caso, cambiar el sexo y las circunstancias permitió a Neuman comprometerse de manera “visceral” con Elena, pero también entrar en una situación que no era la suya y conseguir de esta forma cierta distancia.

EXPLORACIÓN DEL HABLA

Los tres personajes han servido a Neuman, premio Alfaguara en 2009 por 'El viajero del siglo', para llevar a cabo una exploración en las tres formas del habla: la mental, la oral y la escrita. El divertido monólogo interior de Lito. La vibrante despedida que graba Mario. Y el brutal diario de Elena.

Para Neuman, introducirse en primera persona en la mente de Elena ha sido “fascinante”. “La sensación que tuve fue de identificación total con ella”, ha dicho. Sin embargo, el autor de 'Hablar solos' admite que los escritores tienen “una laguna sociológica” que les convierte en “peores narradores”.

La Historia está contada por los hombres, por lo que el punto de vista femenino “no existe”. “La complejidad de los hombres no es menor, pero sí tiene herramientas de descodificación desde el comienzo de los tiempos”, ha argumentado. Por ello, alude a una “ventaja narrativa” de la mujer, quien conoce ambos puntos de vista.

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