El 'Boss' cumplió el sueño del público grancanario
Unas 30.000 personas disfrutaron anoche de las casi tres horas de concierto ofrecidas por el Boss y la E Street Band. En el Estadio de Gran Canaria sonaron éxitos históricos además de las canciones de su último trabajo, Wrecking Ball, como segunda parada de su gira europea.
El músico norteamericano cantó reivindicaciones, se solidarizó con las personas que peor lo están pasando en estos momentos, quienes pierden trabajos y casas, ofreciendo su rock potente, poético y comprometido. “Malos tiempos, malos tiempos, no volváis nunca más”, se coreó anoche con Bruce Springsteen.
Con sus 62 años, sin pausa a lo largo de las tres horas, rock y baladas se alternaban, influencia irlandesa y toques de gospel que forman parte de éste, su decimoséptimo disco. The Boss se mezcló con el público, no paró de bailar y moverse por el amplio escenario. El público, totalmente entregado, hacía peticiones con carteles, de las que llegaron al escenario Two hearts, entre otras. Fueron muy coreados éxitos como Waitin'on a sunny day, cuyo estribillo cantó una niña desde el escenario.
Acompañado por quince músicos, Nils Logfren, voz y guitarras; Gary Talle, bajo; Roy Bittan, teclados; Stevie Van Zandt, guitarras y voz; Soozie Tyrell, voz, violín, guitarras; Max Weimberg, batería; Charlie Giordano, teclados; Cindy Mizelle y Curtis King, voces; Jake Clemons, Eddie Manion, Clark Gayton, Curt Ramm y Barry Danielan, vientos. Se le rindió un emotivo homenaje, con imágenes y silencio, al saxofonista Clarence Clemons, fallecido el año pasado y que ahora sustituye su sobrino Jake Clemons.
“Estoy flotando en una nube, porque llevo 30 años esperando que viniera a mi tierra y éste era mi sueño”, resumía una asistente al final del concierto.
Y este 15 de mayo de 2012, el público de Bruce Springsteen se llevaba a casa un estribillo esperanzador: “Los tiempos difíciles vienen, los tiempos difíciles se van”.