El 'Otello' de Giuseppe Verdi concluye el Festival de Ópera de Tenerife
El Otello de Giuseppe Verdi concluirá el Festival de Ópera de Tenerife con “el mejor elenco” para este título, que incluye al tenor José Cura en el papel protagonista y en el que Yago se convierte “en una bomba atómica del mal, un terrorista espiritual” en una producción no convencional.
Así lo manifestó este lunes el director de escena de la obra, Giancarlo del Mónaco, durante la presentación en rueda de prensa de esta producción, que procede del Teatro San Gallen y que se representará en el Auditorio de Tenerife el 4, 6 y 8 de noviembre, con dirección musical de Mario de Rose.
Javier Martínez, presidente de la Asociación Tinerfeña de Amigos de la Ópera, que organiza el festival junto con el Gobierno de Canarias y el Cabildo de Tenerife, comentó que es “una gran apuesta” traer Otello a la isla con el mejor elenco que se puede reunir actualmente por tener las voces más adecuadas para sus papeles, entre ellas la de un José Cura “de absoluta referencia”.
En las funciones intervendrán la soprano Chiara Taigi como Desdémona y el barítono Lucio Gallo como Yago y también participará el Coro de la Ópera de Tenerife, que dirige Carmen Cruz Simó y que, como en el teatro griego, actuará como un único personaje, con movimientos iguales entre todos sus miembros.
Para Giancarlo del Mónaco, en esta producción le surgió “la chispa” de hacer del Otello algo íntimo pero “con dos armas: el suicidio del protagonista y las relaciones humanas que llegan hasta la destrucción”.
Dos personajes en un espectáculo
Su Otello está construido sobre la psicología de los personajes en un espectáculo “absolutamente no convencional”, pues los cantantes deben desenvolverse sobre una rampa que puede subir hasta un 35% sobre el escenario.
Mientras, en la parte trasera habrá filmaciones del mar, unas veces en calma y otras tormentoso, y que cuando Yago entona su Credo se transforma en el símbolo del Holocausto instalado en Berlín y cuando Otello recita su monólogo “con el alma destrozada y profundamente herida”, se convierte “en un cáncer”.
Del Mónaco subrayó el protagonismo de Yago en esta función, pues cree que este personaje encarna “la destrucción de la moral y del deseo de vida. Detesta a la felicidad, al ser humano y a Dios. Es un gran blasfemo”.
A su juicio, Yago también es “un ateo total”, lo que en sí no es “absolutamente negativo” pero que en el caso del amigo que mal aconseja a “Otello” supone “un deseo total de destrucción”, y “Desdémona” es “la víctima total, el cordero sacrificado”.
El director de escena señaló además que la producción es “atemporal”, pues no está diseñada en una época concreta, y opinó que aunque “Otello” ya tiene “un toque verista” por parte de Verdi, él ha preferido “llevarla al simbolismo”.
Por ello el coro simboliza “la arena, la plaza de toros”, y en el centro de la tragedia se encuentra Yago.
Al respecto, Chiara Taigi precisó que “Desdémona” se vuelve loca en el cuarto acto pero “va a morir contenta, porque es un acto de amor”.
'Desdémona', una reina de corazones
Su Desdémona no es “una Barbie tonta, sino una reina de corazones”, añadió la soprano, quien elogió el vestuario diseñado para la producción por María Filippi, en el que utiliza el negro porque su personaje “está de luto”.
El tenor José Cura, que confesó que “asusta un poco” el que lo califiquen como el Otello de referencia, mostró su admiración por el “espectacular” sonido de la Orquesta Sinfónica de Tenerife y el Auditorio, algo que no esperaba en un sitio en principio no incluido en los circuitos internacionales del género.
Cura comentó que tras diez años en España, considera que éste es su país adoptivo -su abuelo procede de Soria- y su patria es Argentina, y señaló que antes de retirarse “espero que dentro de muchos años” le gustaría actuar en todas las localidades españolas.