Tenerife aguarda el estreno su mundial esperando que España imponga su condición entre las favoritas

Las jugadoras de la selección española de baloncesto durante el primer entrenamiento que el combinado nacional realiza en Tenerife, previo a la decimoctava edición de la Copa del Mundo de Baloncesto Femenino FIBA 2018 que comienza el próximo sábado.

Efe

Santa Cruz de Tenerife —

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La selección española de baloncesto femenino, campeona de Europa y vigente subcampeona mundial y olímpica, se presenta con las mejores credenciales a la cita de la Copa Mundial en Tenerife y también con la responsabilidad de dar continuidad a cinco años consecutivos subiendo al podio.

El Mundial es un torneo corto, exigente y cruel, en el que no se puede reservar nada en ningún partido si quieres progresar en la competición. El currículo español y el hecho de ser los organizadores presiona a un equipo que se ha ganado con calidad, esfuerzo y trabajo figurar entre los favoritos.

Japón, Puerto Rico y Bélgica serán los compañeros de viaje en el grupo C, unos rivales a los que no se ha hecho demasiada mención pero a los que se tiene que tener presente y no darles por superados.

Después de tres partidos con el campeón asiático en la preparación, con tres apuradas victorias de las jugadoras de Lucas Mondelo, si algo ha quedado claro es que habrá que luchar y jugar mucho y bien para superar la prueba inaugural del Mundial.

También está Bélgica, una selección a la que FIBA situó en el cuarto lugar en la lista de favoritos para ganar el Mundial, gracias a sus jóvenes estrellas emergentes, Emma Meesseman y Ann Wauters.

El objetivo inicial es ganar el grupo, ya que el premio es la clasificación directa para cuartos de final y eludir el choque traicionero de octavos de final que disputarán los segundos y terceros de cada grupo.

Llegados a este punto el mejor horizonte para el equipo español que se vislumbra es una hipotética semifinal con Estados Unidos, una situación que puede estar haciendo mucho daño por presuponer logros que todavía no se han conseguido.

Estados Unidos es el unánime favorito. La diferencia que se proponga por parte de los más optimistas entre la NBA y el resto del baloncesto mundial hay que multiplicarla por tres en el caso de las chicas.

Pero también hay que contar con Australia, con Francia, con Bélgica, con Japón, con Canadá y con algún tapado en el campeonato, puesto al que aspiran China, Letonia o Corea del Sur.

La selección española mantiene el bloque de jugadoras que ha conseguido tantos grandes éxitos en Europeos, Mundiales y Juegos Olímpicos, las Alba Torrens, Laia Palau, Marta Xargay, Anna Cruz, Laura Nicholls y Laura Gil y el cambio obligado de Astou Ndour, que ya estuvo en la medalla de plata olímpica de Río de Janeiro, por la lesionada Sancho Lyttle.

Todas ellas bajo la batuta mágica de Lucas Mondelo, un técnico casado con el éxito tanto en la selección como en los equipos en los que ha estado.

La competición pondrá a cada selección en su sitio y España, como anfitrión, tendrá que superar, además, esa presión adicional en el que se espera sea el mejor Mundial femenino de la historia. 

Lucha por las medallas

Lucas Mondelo, seleccionador español, se mostró satisfecho por el nivel del equipo de cara al inicio del Mundial que se va a disputar en Tenerife del 22 al 30 de septiembre y comentó que sin renunciar a nada “estar entre las cuatro primeras del mundo sería un éxito”.

“Todo el mundo piensa en Estados Unidos y en el posible cruce de semifinales. Es inevitable que los aficionados piensen eso, pero es un error porque para eso hay que ser primeros de grupo y ganar el cruce de cuartos de final y todavía no lo tenemos en la mano”, dijo a EFE Mondelo.

El entrenador está centrado en Japón, una selección a la que se ha ganado en los tres encuentros de preparación, pero por la mínima.

“El primer partido lo ganamos por seis puntos, el segundo por uno y el tercero en una prórroga. Esa es la realidad. Hemos sudado sangre, sudor y lágrimas para ganarlas. Estamos muy igualados y va a ser un debut complicado, más para nosotros que somos locales”, explicó.

Japón es, además, un equipo atípico en la concepción de su juego.

“Son un equipo muy difícil de defender porque tienen un ritmo e intensidad brutales. Les da lo mismo tres que treinta y tres. De hecho tiran más de tres puntos que de dos y nuestra misión será que bajen sus porcentajes y que nosotras les castiguemos en la pintura”, comentó.

Con Japón no se acaban los problemas, después llega Puerto Rico, quizá el rival de menor nivel, pero después llega Bélgica una selección que fue bronce en el último Europeo y que está al alza.

“Menos Australia tenemos a las mejores selecciones en nuestro camino porque en cuartos puede tocarnos Francia o Canadá. Por eso hay que centrarse en el día a día, porque todo puede cambiar y si no somos primeras de grupo, tendríamos que jugar un choque de octavos que ya es una final y podrían cambiar los rivales. De momento nuestra obsesión es ganar como sea a Japón”, aseguró.

La selección llega avalada por cinco medallas seguidas en los últimos cinco años.

“Es una gran oportunidad de rendir homenaje en directo a un equipo de leyenda que tiene ahora y en casa la presión de su propia historia. La gente tiene que disfrutar con estas jugadoras, con este equipo. Estados unidos es más fuerte que el equipo de chicos, pero hay otras selecciones a las que hay que ganar”, subrayó.

Con los descartes de Leonor Rodríguez y María Conde, España ya tiene a las doce jugadoras que defenderán su suerte.

“Ha sido muy difícil tomar la decisión. Hemos tenido gente con dudas por el aspecto físico y todas han estado a un gran nivel. Al final han decidido los matices. Unas nos aportaban puntos, o defensa, o ritmo de juego. Todas merecían estar aquí pero había que decidir y eso hemos hecho”, finalizó Lucas Mondelo. 

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