De cuando Arias Cañete decía que no hacía falta una base en Canarias para luchar contra los incendios forestales

Cuando me pongo delante del ordenador a escribir esto, parece que el incendio de La Palma está totalmente controlado. Para los canarios este incendio nos ha salido como decimos por aquí muy caro.

En primer lugar se ha llevado por delante una vida humana, la del bueno y comprometido Fran y eso ya de por sí ha sido muy doloroso, pero también hay mucho más dolor bajo las cenizas que deja atrás un incendio.

También en agosto, hace cuatro años, La Gomera sufrió un terrorífico incendio. Y si nos vamos a los datos del ISTAC nos podemos asustar mucho más, ya que las cifras son muy tozudas y nos tienen que aclarar un poco más la memoria para poder entender sobre lo que viene luego.

Una de las reivindicaciones que vienen haciendo los diferentes gobiernos en Canarias es la de tener una base de hidroaviones en las islas. La ubicación de la misma no es tan importante como el tenerla cerca, pero hasta ahora a lo más que se ha llegado es a una contestación de forma jocosa por parte del antiguo Ministro de Agricultura Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, diciendo que en Canarias no hace falta una base de hidroaviones ya que es una comunidad muy pequeña y que las competencias las tenía el Gobierno de Canarias.

Cierto es, somos pequeños, la única verdad de Cañete ahora en Europa. No es que seamos pequeños, somos muy pequeños, pero con una biodiversidad de vital importancia para los que vivimos aquí, y para los que no viven, sean de España u otra nacionalidad.

Y es que El Planeta nos necesita a todos incluido al que fuera ministro de Agricultura y Medio Ambiente, para desgracia de los canarios. Y para colmo se burlaba de los isleños en el tono y forma jocosa con las que hizo esas declaraciones. Me imagino que sabía que ese tipo de aviones no pueden volar de noche, y eso ya es un agravante para Canarias.

Un aparato de ese tipo tardaría en llegar unas veinte horas, pero tardaría mucho más en comenzar su tarea y eso es otro agravante. Se le vio algo despótico o como decimos por aquí le salió la vena goda. A su lado estaba la Isabel García Tejerina, hoy Ministra del ramo, y que vino a ver como se quemaba La Palma ya que las competencias las tiene el Gobierno de Canarias, y no lo digo yo, lo dijo su anterior jefe Cañete.

Pero no sería malo que se llevase una gran reflexión: Es o no necesario una base de hidroaviones en Canarias, de hidroaviones o lo que sea más eficaz, ya que algunos técnicos hablan de helicópteros al ser más operativos en nuestro territorio.

Y que hace falta lo dicen los datos mas contundentes. En los últimos quince años se han quemado en Canarias la friolera de 61.320 hectáreas de los montes de nuestro territorio, con el cambio climático esto puede que no mejore en un futuro próximo como tampoco va a cambiar la distancia entre la España peninsular y Canarias.

Perder tal cantidad de hectáreas en un territorio tan frágil es perder gran parte de nuestra biodiversidad de especies en peligro de extinción, y todo por esa insolidaridad manifiesta desde el gobierno en Madrid, pero también por ese desconocimiento de la realidad canaria.

No se puede cuantificar lo que se ha perdido, no es un tema mercantilista, es un tema de conciencia y conocimiento que precisamente es todo lo que le faltaba al ministro anterior. Por eso Tejerina, ministra del ramo, la base de aparatos contra incendios es vital para nuestras islas, para un incendio de las características del de La Palma no se puede esperar veinte y cuatro horas para empezar las tareas de extinción por no tener una base a media hora de cualquier isla.

No se trata de hacerse una foto viendo lo que se ha quemado, se trata de que si vuelve a suceder se ponga remedio inmediatamente y la mejor forma es hacerlo en invierno, antes de aprobar los presupuestos.

Son los hechos los que demuestran si de verdad se tiene voluntad política para resolver un grave problema que desde hace muchos años tiene la biodiversidad canaria y los que aquí vivimos y que somos parte de ella. Y recordar que de los diez peores incendios que hemos tenido entre el 2000 y el 2015 cinco les ha tocado a La Palma.