El Cabildo de Gran Canaria reitera su rechazo a las regasificadoras ante la apuesta del consejero de Transición Ecológica por reabrir el debate

El consejero de Medio Ambiente, Clima, Energía y Conocimiento del Cabildo de Gran Canaria, Raúl García Brink, ha manifestado su rechazo a instalar regasificadoras en las Islas, como ha propuesto Mariano Zapata, consejero de Transición Ecológica del Ejecutivo regional, durante una entrevista en La Provincia. “Vuelve a reabrir un debate cerrado. Parece que no hubiese sucedido nada desde 2015. No termino de entender esa obsesión por las regasificadoras con argumentos que pudieron tener sentido o alguna validez hace 30 o 40 años”, ha replicado Brink.

Durante la pasada legislatura, el entonces consejero de Transición Ecológica, José Antonio Valbuena, reiteró su rechazo a la instalación de regasificadoras tras las demandas desde el Cabildo de Tenerife, que aprobó una moción en mayo de 2021 que respaldaba la infraestructura en Granadilla de Abona. En los numerosos planes aprobados en los pasados cuatro años para combatir el cambio climático, se abogaba por las renovables como base y sustento manteniendo las fuentes térmicas como respaldo hasta lograr las emisiones cero.

Sin embargo, ahora Zapata ha reconocido que el actual Ejecutivo regional de CC y PP apuesta por el uso de gas natural como elemento de transición hacia las renovables y quiere volver a traer el debate de la construcción de regasificadoras que ya enfrentó al Gobierno regional de Fernando Clavijo entre 2015 y 2019 y a la Corporación presidida por Antonio Morales.

“Nosotros entendemos que ni era la opción más adecuada hace una década ni lo son ahora mismo. El consejero plantea un debate falso”, apunta Brink. En este sentido, dice que si se quiere introducir gas natural en las centrales térmicas para generar electricidad en sustitución del fuel-oil no es necesario construir regasificadoras. “Si se quieren hacer funcionar los ciclos combinados con gas natural, se puede hacer a través de buques regasificadores”, indica. Además, añade que ya se han desarrollado otras tecnologías alternativas para usar vectores como el hidrógeno o el amoniaco “que también pueden cumplir esa función”.

Brink recuerda que para 2030 se deben recudir las emisiones de gases de efecto invernadero emanadas de las centrales térmicas hasta el 42% del mix energético. Para ello, explica que es necesario, sobre todo, el almacenamiento y con este fin se está llevando a cabo la central hidroeléctrica de Salto de Chira en Gran Canaria, a la que se sumarán otras iniciativas para lograr “una red de almacenamiento mediano, distribuido y con el menor impacto posible”. En cambio, apostar por regasificadoras implica, según Brink, “una amortización, como mínimo, de dos décadas, es decir, estaríamos hipotecando la transición”, por lo que considera que esta “no es una solución urgente”, como planteaba Zapata, “ni a corto plazo”.

En cambio, Brink detalla que el Cabildo de Gran Canaria opta por una transición energética basada “en un modelo descentralizado, distribuido, con alta penetración de renovables, mucho almacenamiento y que incluya vectores energéticos como el hidrógeno o el amoniaco, además del autoconsumo y las comunidades energéticas”.

En lo que sí coincide con Zapata es en la necesidad de presionar al Gobierno de España para renovar los grupos de generación de las centrales térmicas al estar la mitad ya obsoletos. “Se debe producir una renovación, aunque se debe hacer de manera racional, con equipos más flexibles que permitan un mayor acompasamiento entre las renovables y las fósiles para reducir la importancia de los combustibles en la generación”.

“Un modelo que pretende ser soberano desde el punto de vista energético no es compatible con la existencia de regasificadoras en pleno 2023 en Canarias. Nosotros como Cabildo de Gran Canaria no queremos ese modelo, así lo manifestamos desde 2015 y confiamos en que se siga respetando esa decisión”, concluye Brink.