Los médicos descartan que Laura muriera de una enfermedad rara

Iván R.A., acusado de haber envenenado en 2010 a su mujer.

Thalía Rodríguez

Las Palmas de Gran Canaria —

Este lunes, en una sesión más corta de lo habitual, José Manuel Muñoz de Unamuno, el facultativo especialista en medicina interna que trató a Laura A.G. en el Hospital Insular, descartó que la paciente falleciera a causa de un problema de beta oxidación de los ácidos grasos, una enfermedad rara en la que se sostenía el principal argumento de la defensa de Iván R.A. acusado de matar a su esposa en 2010 por el suministro de múltiples sustancias.

Unamuno aseguró que tras practicarle varias pruebas a la paciente esa dolencia fue descartada. Aunque precisó que recibió los resultados del Hospital Clinic de Barcelona tiempo después del fallecimiento de Laura A.G.

Tras ingresar en el Hospital Insular de Gran Canaria con hipoglucemia en el mes de mayo, el facultativo habló con la paciente que negó que en su familia hubiesen dolencias de ese tipo, “no hay motivos para que presentara aquella hipoglucemia”, afirmó.

El intensivista afirmó no conocer ninguna enfermedad que produjera los síntomas que presentaba Laura A.G. en ese momento (hipoglucemia, el hígado agrandado y pérdida de conciencia), algo que le trasladó a la paciente. Tras mostrarle un ejemplo de la enfermedad rara de la que se sospechaba y ver que parte de la sintomatología no coincidía con la que ella padecía, “le dije que alguien le podría estar suministrando algo y ella al oír eso se puso nerviosa. Negó en todo momento que su marido le estuviera suministrando algo. Confiaba plenamente en él”, aseguró.

A raíz de esta hipótesis, el médico ordenó el aislamiento de la paciente durante los periodos en los que ella dormía. Algo que preocupó a Laura A.G. ya que “era su marido el que daba los avisos cuando ella estaba mal”. Esto dio lugar a que situaran a la paciente frente al control de enfermería. Poco tiempo después, Laura A.G. fue dada de alta, con la única recomendación de evitar los ayunos prolongados.

El facultativo explicó que tras varias conversaciones con la psiquiatra del centro, se llegó a la conclusión de que Laura A.G., “no mostraba rasgos de un individuo suicida” y que, por tanto, solo había tres causas posibles para que siguiera empeorando; el síndrome de Münchhausen (que ella misma se estuviera lesionando), una enfermedad rara como un trastorno de beta oxidación de los ácidos grasos, ambos descartados, o una acción homicida.

Según el relato del intensivista, intentó organizar una reunión a solas con los padres de la paciente para informarles de que existían sospechas de que alguien estaba suministrando a Laura A.G. sustancias no pautadas por los médicos pero fue imposible, ya que, al parecer, Iván R.A. insistió en estar presente en todo momento, pero solo intervino para mostrar su preocupación por su hijo, lo que provocó una discusión con la madre de la paciente. “La intención era conseguir un número de teléfono directo de los padres, pero la madre decía que Iván quería controlar todo lo de Laura”, explicó el facultativo.

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