Un puntal para la economía social
Cuando Patricio Griffin aceptó el reto de dirigir el Instituto Nacional Argentino de Economía Social venía con la vitola de abogado comprometido con años de experiencia en cooperativas españolas. “Allá, muchos sortearon la crisis de la reconversión industrial de los 80 formando cooperativas que aún funcionan muy bien”, recuerda. La primera experiencia en Argentina data de 2003 y, según indica, tuvo éxito. “Se crearon 50 cooperativas de 16 trabajadores dentro del Plan Federal de Viviendas en Varela. La idea cuajó y terminamos con más de 4.000 por todos el país. Fruto de aquel plan se construyeron 120.000 viviendas sociales y se consolidóal 20% de esas cooperativas que hoy prestan sus servicios a terceros dentro del mercado”.
Griffin destaca que la Economía Social tiene “un enorme poder de integración para los sectores más desfavorecidos de la sociedad” y cree que deben ser “una parte importante de la estrategia de crecimiento de la producción en el país”. Para favorecer este tipo de empresas, el INAES cuenta con un presupuesto anual de 400 millones de pesos de los que más de 100 se destinan directamente al fomento de emprendimientos. Entre las labores de este instituto vinculado al ministerio de Desarrollo Social está el fomento y apoyo a la empresa a través de ayudas directas, acompañamiento legal y administrativo y el asesoramiento para lograr ayudas de otros departamentos gubernamentales.
Entre sus logros, comenta Griffin, hay que destacar la incorporación de más de 160.000 personas en situación de vulnerabilidad social al mercado de trabajo o la construcción de más de 700 centros de Integración Comunitaria por todo el territorio nacional. Centros “que no sólo suponen llevar la Sanidad o la Educación a zonas tradicionalmente marginadas, sino la creación de puestos de trabajo en la comunidad a través de cooperativas de gestión y servicios”.