La lucha canaria en La Gomera

Antigua ilustración sobre la lucha canaria

Ricardo J. Valeriano Rodríguez

Hermigua —

Con este artículo queremos demostrar que en La Gomera la afición de la lucha canaria fue bastante destacable sobre todo en los municipios de Hermigua y Agulo hasta finales del siglo XIX.

La Lucha en la isla de La Gomera

El hecho de no haber venido ja­más a luchar a Tenerife ningún lu­chador gomero, como lo han verifi­cado los de las demás islas herma­nas, en todos los tiempos, ha dado motivo para llegar a creer por casi toda la afición de Tenerife, que di­cha isla es la única del Archipiélago Canario donde no se ha practicado la lucha. Y ello no es así. En La Gome­ra se practicó la lucha canaria en el pasado hasta tiempos no muy lejanos, si no con la extensión que se ha practicado en la mayoría de las de­más islas, sí con la necesaria para fi­gurar dignamente en los anales de su historia.

La lucha existió en la Gomera hasta allá por el año 1888, época en la que feneció para no volver a resuci­tar hasta la fecha.

En La Gomera no se llegó nunca a mercantilizar la lucha. Se luchó so­lamente por pura afición, y ello se hacía en las fiestas y romerías de los pueblos, no quedando festejo que se celebrara donde la lucha no consti­tuyera su principal atractivo. 

En La Gomera, como antaño en las demás islas, los bandos contendien­tes los integraban, en su mayoría, personas de lo más granadito de los poblados, y se discutía una caída co­mo si se tratara de la vida o muer­te de una nación en guerra. 

Entre los luchadores de Hermigua figuraba don Vicente Bencomo Cu­bas como el más sólido puntal, al que en muy pocas ocasiones le llega­ron a echar los calzones arriba. Pisábale los talones don Pedro Álva­rez, quien en más de una vez llegó a partir “caídas” con aquél. Seguían­les en categoría don Tomás y don Antonio Trujillo, con domicilio en Piedra Romana, don Domingo Benco­mo, de Valle Abajo, don Nicolás Mon­tesino, de Valle Arriba y los herma­nos Cabezas, de la Meseta. 

Las luchas locales se organizaban enfrentándose los del Barrio Abajo contra los del Barrio Arriba, quedan­do muchas veces entablada la con­tienda, por lo nivelados que se ha­llaban los partidos. Pero cuando a don Vicente Bencomo se le “engri­faban los pelos y silbaba por el col­millo”, la derrota del bando contra­rio era aplastante.

En Agulo existieron también muy buenos luchadores, contándose entre estos como figuras de primera línea, a Antonio Nieves (padre), a José Cor­dero, a Federico Trujillo y a Antonio García Perero.

Por tierras de Alajeró descollaban los hermanos “Misioneros” que, al frente de sus huestes, reñían intere­santes combates con las que acaudi­llaban el “Gato” y “El Gorila”, de Chipude.

Pero las pugnas más interesantes y enconadas eran las que se entabla­ban entre los de Hermigua y Agulo, que eran los dos pueblos de la isla donde existieron luchadores en ma­yor profusión y donde más arraigada se hallaba la afición a la lucha. Cada vez que se anunciaba una luchada entre estos dos pueblos las auto­ridades locales tenían que tomar medidas coercitivas para mantener el orden pues no se celebraba un espectáculo de este género que no degenerara en violentas disputas o terminara en verdadera batalla cam­pal.

¿Causas de la desaparición de la lucha en La Gomera? Un gomero ecuánime y sincero, con bastantes ca­nas en la cabeza, nos ha dicho lo si­guiente a este respecto: “La lucha desapareció en La Gomera por falta de preparación deportiva en las con­ciencias gomeras de aquella época y por la vehemencia que ponemos de manifiesto, sin poderlo aún remediar en toda clase de pugnas, incluso en las deportivas”.

“De haberse seguido cultivando este deporte por aquella época en La Gomera, —añade nuestro interlocu­tor— , seguramente se habrían origi­nado cosas bastante desagradables, y en evitación de ello acordaron los go­meros abandonar este deporte”. 

Es una lástima que en una isla como La Gomera donde tan excelen­te canteras de luchadores existe, no se vuelva a fomentar el deporte de la lucha, máxime cuando aún no se ha perdido allí la afición. Nosotros oree­mos que si las actuales generaciones lo intentaran, ya que poseen un me­jor sentido de lo que es el deporte, el éxito sería positivo y rotundo.

Las juventudes gomeras tienen la palabra.

EMILIO RIVERO | Aire Libre. Número 131. Lunes, 4 de marzo de 1936.

Emilio Rivero fue luchador, organizador de encuentros y luchadas de selecciones con Las Palmas; jurado, promotor de la primera federación, redactor del reglamento para los partidos de Tenerife. Organizó el, hasta entonces desconocido, desplazamiento de luchadores a León. Rescató las tradiciones e historia de nuestro deporte. Publicó una veintena de relatos en la prensa de los años cuarenta (Aire Libre, La Tarde y ELDÍA) además de otra veintena de trabajos que nunca vieron la luz. Todos ellos habla de la lucha canaria entre finales del siglo XIX y principios del XX. Los más conocidos son el relato de la Luchada de Media Montaña, don Tomás Zamora, Martín Hernández, La lucha por la dama... Están ambientados no sólo en Tenerife. El que desribe la lucha en La Gomera es tan interesante como desconocido.

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