Cambiemos la imagen

Desde hace ya tiempo, en San Sebastián de La Gomera, y desde hace mucho menos, en Los Cristianos, los que tenemos que viajar frecuentemente entre las islas de Tenerife y La Gomera, nos encontramos con la desagradable sorpresa de tener cerrados al público los servicios de restauración y cafetería de ambas estaciones marítimas.

Desde luego, para los gomeros en general y para los que estamos ya “entraditos en años” en particular, las incomodidades del viaje entre ambas islas no es nada novedoso, pero estando ya en la segunda década del siglo XXI nos creíamos con derecho a pensar que la época de las travesías marítimas desagradables habían pasado a la historia. Lejos en la memoria quedaban aquellos barcos que tardaban hasta 12 h en hacer el trayecto entre S. Sebastián y S/C de Tenerife, con unos muelles donde no había nada para refugiarse, ni donde tomarse algo o unos baños públicos.

Todo esto que, en una época lejana se veía como normal, ahora resulta poco menos que insoportable para los usuarios canarios en tanto que sorprendente para los turistas que se deciden a visitar La Gomera partiendo de Los Cristianos. No parece la opción más apropiada para todos, la de tener que desplazarse hasta el lugar más próximo para tomar un café o un bocadillo, hasta un lugar donde existe algo que podríamos llamar “kiosco” o “chiringuito”, mientras un servicio, que hasta ahora venía teniendo unas prestaciones aceptables, permanece cerrado y sin que se sepa, al menos de forma oficial, a que se debe este cierre...¿temporal o permanente?

Todos: Autoridad Marítima, Cabildo, Ayuntamientos, Gobierno Autonómico y ciudadanos, deberíamos tomarnos esto muy en serio, cada uno según sus competencias y responsabilidad, porque en una comunidad archipielágica donde el turismo es además la principal fuente de riqueza, por no decir la única, una deficiencia de este tipo puede resultar nefasta a corto o medio plazo para una economía que no atraviesa precisamente por su etapa más florida.

Entre todos creo que seremos capaces de proponer alguna idea creativa que saque de esta parálisis actual a ambas estaciones marítimas y, de paso, quizá se podría aportar algo sobre la marina del puerto de S. Sebastián, que con la estética actual suele causar una desagradable primera impresión de la villa capitalina y de la isla, algo que no parece que redunde en beneficio de nadie.